Uno acepta solo para no quedar como débil.
Subirse a los hombros de alguien suena como una gran idea. Te da una gran perspectiva sobre lo que está pasando, no estás apretado y puedes disfrutar con comodidad con una vista privilegiada. Por otro lado, aunque diga que no, el de abajo está sufriendo tortuosamente.
Porque cómo decirle que no a tu novia, amigo o quien sea. Definitivamente va ser entretenido para quien esté arriba y es difícil negarse. O la verdadera razón: uno no quiere quedar como el débil.