El abuelo estaba enviándole mensajes a su esposa cuando Savannah Phillips se percató que hablaban sobre ella. Chase entró en acción y encaró al sujeto. “Le dije gracias por lo que hizo y que significaba mucho para mí”, dijo la mujer.
Para algunas personas los viajes suelen ser engorrosos, ya sea en automóvil, en buses o en aviones. Y es que eso también significa tener contacto con personas desconocidas que no muchas veces suelen ser tan agradables.
Así le ocurrió a Savannah Phillips en un viaje en avión que pensó que transcurriría de la forma más normal posible. Lamentablemente, estaba equivocada.
Según información de Inside Edition, la mujer contó que siempre ha preferido elegir un asiento en una fila en donde esté sola, no por ser poco sociable, sino que porque teme que su talla moleste a los pasajeros que están a su lado.
Aunque lo intentó, no pudo conseguir un asiento de ese tipo y su viaje se volvió una pesadilla por culpa de un pasajero que fue grosero con ella.
“No soy la persona más grande en el avión, pero tampoco soy la más pequeña. Mi peor pesadilla es que alguien se sienta incómodo porque tiene que sentarse a mi lado“, explicó la mujer, quien es madre de una hija.
La aerolínea le asignó al lado de un adulto mayor, de unos sesenta años aproximadamente. Ella no sabía que se trataría del alguien muy irrespetuoso.
“El asistente de vuelo comenzó el discurso de seguridad y sacó su teléfono, con una fuente enorme y el brillo de la pantalla al máximo. Su teléfono estaba a unas 12 pulgadas de mi cara y procedió a enviarle un mensaje de texto a alguien diciendo que estaba sentado al lado de ‘un gordito apestoso’“, narró.
Savannah estaba atónita. “Ni siquiera sé lo que decía el resto del texto. Aparté la cabeza lo más rápido que pude. Me sorprendió y fue una confirmación de las cosas negativas que pienso sobre mí a diario“, agregó.
Casi de inmediato, se puso a llorar en silencio para no llamar la atención ni del hombre ni del personal de vuelo. “Estaba dolida“, contó.
Un pasajero que estaba cerca de ella se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo y también leyó el mensaje del anciano. Chase Irwin se sintió muy enojado con la situación, tocó el hombro del sujeto y le pidió cambiar de asientos. “Estás enviando mensajes de texto sobre ella y no voy a tolerar eso“, lo encaró.
Chase abrazó a Savannah y le ofreció consuelo. La mujer se animó y comenzaron a hablar de sus vidas para olvidarse de la desagradable experiencia que había ocurrido recién.
“Le dije gracias por lo que hizo y que significaba mucho para mí, y que él sería la nueva persona favorita de mi esposo. La azafata siguió tratando de darle bebidas gratis y le dijo que él era su héroe. Él no era su héroe, era el mío“, cerró la mujer.