“Ella me cuidó durante 70 años, y ahora es mi turno”, comenta Jack, el hombre de 93 años.
Su historia de amor y cariño es simplemente inspiradora. Hace muy poco, el pasado 16 de julio para ser exactos, Jack y Gerry Eccles celebraron su 70º aniversario de bodas. Junto a su familia, en Carolina del Norte (Estados Unidos), festejaron el amor que los ha unido por todo este tiempo.
Son una pareja muy unida, que ha pasado por malas y buenas situaciones. Llevan toda la vida juntos. Por ese motivo Jack decidió mudarse a la misma casa de retiro donde estaba Gerry, para seguir viéndola y cuidándola.
Un ejemplo de amor y compañerismo.
Juntos formaron una hermosa familia, compuesta por sus 9 hijos, 20 nietos y 24 bisnietos. No ha sido un camino fácil, pero tras un largo recorrido, la meta es muy satisfactoria.
Para la celebración de su último aniversario se organizaron y reunieron a través de una conferencia por “Zoom”, comiendo pastel a la distancia. Algunos de sus hijos llegaron hasta las afueras del Centro de Convalecencia Hillcrest, saludándose y viéndose a través de una ventana.
El 12 de marzo el centro dejó de recibir visitas. En aquel momento Jack todavía vivía en su casa, Gerry ya estaba residiendo en el asilo.
Cuando el anciano llegó al lugar para visitar a su esposa, le negaron la entrada. Resignado, lo pensó y volvió al día siguiente con una maleta.
“Estamos casados. Quiero estar con ella. Ella me cuidó durante 70 años y ahora es mi turno ”.
Dijo Jack cuando volvió el 13 de marzo al asilo.
Alquiló una habitación para estar en el mismo lugar y debieron aceptarlo, aunque con restricciones de seguridad.
Solamente puede estar en su habitación o con su esposa, solo algunas veces puede pasar al salón principal. Eso hasta que se confirme su perfecto estado de salud.
Ahora podrá cuidar de ella, asegurarse de que coma todos sus alimentos, además de monitorear su salud y estado de ánimo.
El personal del centro notó inmediatamente un cambio de actitud en Gerry. Ahora estaba con su esposo, con el amor de su vida, quien cuida de ella.
Ahora siempre está feliz, igual que su amado esposo.
Esta es una historia de amor inspiradora, de esas reales y prácticamente eternas.