Carolina Lemos Cortez no tuvo tiempo para desayunar antes de subir al avión, por lo que trató de hacerlo durante el viaje pero al mismo tiempo debía hacerse cargo de su hija que no paraba de llorar. Fue entonces cuando Mauricio Félix se unió a ayudar.
La maternidad es una de las experiencias más maravillosas para las mujeres que desean tener hijos, pero aquello no significa que sea sencillo. Cuando Carolina Lemos Cortez, ingeniera en alimentos de 38 años, tuvo que hacer un viaje en avión desde Guarulhos hasta Belo Horizonte en Brasil, junto a su bebé Laura de 5 meses se encontró con imprevistos desde el principio.
No había alcanzado a desayunar por lo que compró un refrigerio para comer en el avión, pero al mismo tiempo tenía que entretener a la pequeña con juguetes, y obviamente cuidarla.
Sin embargo no era tan fácil como se podría pensar, por lo que antes de subir al avión tuvo que dejar el café y el bollo que había comprado para dedicarse por completo a la bebé.
“Cuando llegué al aeropuerto y me hice la radiografía tenía mucha hambre, salí 4 horas antes de mi vuelo. Compré un poco de pan y café, pero luego Laura comenzó a inquietarse, no quería quedarse en la silla”, comentó la mujer según Só Notícia Boa.
¡Hasta que se dio cuenta de que la puerta de embarque estaba a punto de cerrar!
Carolina no tuvo más opción que correr con la bebé en brazos para no perder el vuelo, y al entrar al avión se puso a llorar inconsolablemente. Fue entonces cuando la ayuda llegó a cargo de Mauricio Félix, asistente de vuelo que no ignoró lo sucedido.
“Dijo: vas a tomar tu café, que merece ser un buen desayuno. ¿Puedo sostener a su hija?”, detalló Carolina según el medio. “No sé si alguien lloró en ese momento, pero ahora estoy aquí, ¡Estoy llorando!“, agregó.
De este modo Mauricio habló con la bebé y le pidió que se portara bien, al mismo tiempo que recibía a los pasajeros.
Gracias a este noble gesto, Carolina pudo tomar su café y desayunar tranquila, por lo que apenas terminó, el hombre le entregó a la bebé que había logrado calmarse.
No era primera vez que la mujer viajaba con Laura, según ella han sido al menos 8 veces pero esta fue la primera en que conocía a un profesional tan empático y cariñoso.
“Durante todo el vuelo fue muy dulce. Le agradecí varias veces y al aterrizar me pidió volver a abrazarla mientras sacaba cosas del portaequipajes, luego la meció y se quedó dormida en su regazo“, dijo la madre.
Tras esto, contó la historia en Linkedin y mostró su aprecio al gesto. “Para mí, actitudes como la de Mauricio son el significado exacto de la palabra compasión”, expresó. Un ejemplo notable.