Janine no encontraba el certificado de defunción de su padre y comenzó a sospechar. Él seguía vivo en otra ciudad y el amor seguía intacto.
Cuando Ronnie Rudolph se separó de su esposa, empacó todas sus pertenencias y se mudó de la casa familiar que compartían a Lebanon, Tennessee, donde encontró un empleo en una planta de concreto. Estaba a cientos de kilómetros de su familia.
Existía demasiada distancia entre ellos, pero Ronnie se aseguró de mantenerse en contacto con su hija, Janie, y constantemente la llamaba por teléfono para conversar.
Sin embargo, un día del año 1992, Janie llamó a la planta para hablar con su padre, pero le recibió un brutal golpe: Ronnie había sufrido un ataque al corazón y estaba muerto.
Janie y su familia quedaron devastados con la terrible noticia. No obtuvieron más detalles de su muerte y todo fue muy rápido. Pasaron los años y se vieron obligados a seguir con sus vidas, a pesar de este episodio.
Por su lado, Janie se casó y se mudó a un nuevo hogar. Aunque siempre tuvo ganas de viajar hasta la tumba de su padre, su situación económica se lo impedía. No contaba con el dinero suficiente para hacerlo.
En 2018, la madre de Janie murió. Cuando la mujer encontró el certificado de defunción de su madre, se dio cuenta de que encontrar el de su padre era imposible. Aquel aspecto levantó las sospechas de Janie y comenzó a pensar que Ronnie podría estar vivo, en algún lugar del mundo.
Fue entonces cuando Janie y su hija iniciaron una investigación y descubrieron algo que las dejó heladas: Ronnie todavía estaba vivo.
Entonces decidieron hacer algo que deberían haber hecho hace muchísimo tiempo, ir en su búsqueda. Al llegar, tuvieron un reencuentro agridulce. “Él sentía que nadie lo quería más” , contó Janie sobre su padre, quien ahora tiene 72 y sufrió dos derrames cerebrales. Pero al ver a su hija, a su nieta y su hermana abrió los brazos y se dieron amor mutuamente. Después de 26 años, el cariño seguía intacto.