Los científicos utilizaron tecnología para tomarle más 70 mil imágenes de la embarcación y así realizar un mapeo del estado del naufragio. “Tal vez aún no hemos escuchado la verdadera historia”, dijo Parks Stephenson.
Hace 111 años una noticia impactó y dio la vuelta al mundo: el trasatlántico británico, el RMS Titanic, no pudo completar su viaje desde Southampton hasta Nueva York y naufragó en las gélidas aguas del Océano Atlántico.
Aunque el barco, que es anoche llevaba más de 2.000 pasajeros, era catalogado como ‘insumergible’ el impacto contra un iceberg le hizo un agujero en uno de sus costados y lo mandó al fondo del mar.
Pero lo que se sabe hasta la fecha de esa fatídica noche, tan bien representada en la pantalla grande por el director estadounidense James Cameron, pareciera no ser tan correcto como la gente pensaba.
Y es que, según información de LADBible, científicos descubrieron, a través de nuevas imágenes en 3D, que la versión del iceberg impactando en la coraza del Titanic podría no ser tal.
Uno de los investigadores, quien ha dedicado años a estudiar la historia de este barco, Parks Stephenson, dijo que “hay una cantidad cada vez mayor de pruebas de que el Titanic no chocó contra el iceberg de costado, como se muestra en todas las películas“.
El científico teorizó que “es posible que en realidad haya aterrizado en la plataforma sumergida en el hielo“.
Parks agregó que lo que se sabe de la tragedia de este transatlántico, en la que murieron unas 1.500 personas, fue informado por una revista de Londres en 1912. “Tal vez aún no hemos escuchado la verdadera historia“, enfatizó.
Con ayuda de la tecnología que tenemos hoy en día, los expertos pudieron tomar más de 70 mil imágenes de la embarcación. Eso les ha dado la posibilidad de ver cada uno de los detalles del naufragio, desde todos los ángulos.
“Lo que muestra es el verdadero estado del naufragio (…) Ni siquiera sabemos si lo golpeó por el lado de estribor“, dijo el experto, quien además aseguró que estaba ‘impresionado‘ con el nivel de detalle de las fotografías.
Para ellos es un desafío poder descender 4 mil metros en el océano para sacar las fotografías, ya que existen fuertes corrientes y las máquinas no pueden acercarse tanto para no dañar los restos. A pesar de eso, esperan tener resultados alentadores en las próximas semanas.