Las mellizas Mzukwa aseguran que recolectar basura para reciclaje no es sencillo, si alguien quiere hacerlo debe estar dispuesto a mancharse las manos y levantarse temprano. Dedicarse a ello le salvó sus vidas, pagaron sus estudios y compraron una casa. Hoy se sienten orgullosas.
No tener donde vivir o qué comer y encontrar en la basura la solución para la vida, no es algo que muchos logren. No, no hablamos de hurgar las sobras para sobrevivir, sino de convertir lo que la gente bota en una fuente de ingresos gracias al reciclaje. Thandiwe y Thandeka Mzukwa, son dos hermanas que lograron reinventarse aprendiendo a ensuciarse las manos.
Thandiwe y Thandeka son dos hermanas mellizas de 34 años que viven en Petroria, Sudáfrica y tiempo atrás habían quedado casi en la calle sin oportunidades laborales. Con un alquiler que pagar, una vez vieron a sujetos recogiendo basura de las calles y se detuvieron a hacerles preguntas. Básicamente los interrogaron como niñas que descubren el mundo y al saber que serviría para ganar dinero lo intentaron.
A la semana siguiente comenzaron a recoger desechos de la basura para reciclarlos, lo que les permitió pagar la comida mientras seguían buscando trabajo. Eso ocurrió en 2010 y desde entonces no se han detenido.
“Empezamos a hacer tantas preguntas y nos volvimos inquisitivas, como niñas, cuando vimos gente tirando de carritos arriba y abajo en la ciudad. En ese momento no teníamos dinero para comprar comida para el almuerzo, estábamos estancadas buscando empleo, esperando tomar un tren nocturno de regreso a casa”.
–Thandeka Mzukwa a Briefly–
“Cuanto más desperdicio tienes, más dinero generas”, cuentan las hermanas. Luego de años dedicadas al rubro no solo se han estabilizado económicamente, sino que además han comprado su propia camioneta y han pagado sus estudios. Thandiwe es Administradora Agrícola y Thandeka Licenciada en Administración de Empresas.
Aseguran que es un trabajo duro. Si alguien quiere ser recolector debe aprender a mancharse las manos y levantarse temprano. Ellas comienzan su día a las 5 de la madrugada y no terminan hasta llenar la camioneta.
Si bien ambas han logrado grandes metas, como terminar su educación, saben que es un estilo de vida complicado, el cual les hace extrañar tener más vida social, además que siempre está el riesgo de que no manejen algún producto bien y que al ser tóxico les provoque una emergencia. De todas formas es lo que han decidido como el rubro que quieren mantener de ahora en adelante. Saben con su experiencia que puede ser bastante sostenible, incluso en tiempos difíciles, al ser un nicho que no todos están dispuestos a ejercer.