Por Mariana Meza
23 April, 2021

Durante 10 años, José Ribeiro (33), casado y padre de una hija de 10, se dedicó a transportar personas en la misma empresa que su padre, pero su sueño era ser odontólogo.

Nunca es tarde para cumplir los sueños y eso bien lo sabe un hombre de 33 años en Brasil que por 10 se desempeñó en el rubro del trasporte al ser conductor de autobuses en la misma empresa que su padre. Su deseo siempre fue ser dentista y, apoyado por su esposa e hija, finalmente lo cumplió al ser seleccionado en primer lugar en un programa del Departamento de Salud del Estado para ejercer la profesión.

Archivo personal

José Ribeiro (33) es originario de Cariacica, Espírito Santo, Brasil, y hoy celebra orgulloso su diploma que acredita que es un dentista. Y es que no fue un camino fácil.

Por 10 años se dedicó a manejar autobuses en la empresa Unimar, la misma donde trabajó su padre. Durante ese periodo se levantaba todos los días a las 4 am para iniciar la jornada a las 5.30 am. Todo eso mientras estudiaba en la Facultad de Odontología.

Y ese esfuerzo tuvo su recompensa en abril de este 2021, cuando obtuvo el primer lugar en un proceso de selección de cirujanos dentistas del Departamento de Salud del Estado. Ya había participado una vez antes, pero quedó en sexto lugar.

Archivo personal

“Por difícil que sea, apresurarse, sufrir, volver a casa cansado, al final vale la pena todo el esfuerzo para que vayas tras él y te gradúes. Para que te aprueben en el concurso”, dijo José al medio brasileño A Gazeta, quien se mudó a Irupi para poner en práctica sus conocimientos.

El hombre admite que nada de lo que ha logrado sería posible sin el apoyo de su esposa e hija –Raquel Miereles Isabella, respectivamente–, quienes siempre estuvieron con él.

Por otro lado, sobre cómo comenzó todo el proceso dijo que “mi hermana es ingeniera eléctrica y me animó. Hice el examen en 2014 y con el puntaje obtuve una beca del 50% a través de Prouni (Programa Universidad para Todos). Empecé a estudiar Farmacia, pero a los pocos meses me di cuenta que tenía muchas ganas de Odontología y me hice el traslado”.

Archivo personal

Así, José pagó la mitad de la mensualidad con la beca del Ministerio de Educación y la otra con el sueldo que ganaba como conductor de autobús. Para equilibrar todas sus labores, el ahora dentista tuvo la suerte de que en la empresa siempre fueron muy flexibles con sus horarios.

“José estaba muy comprometido. Se unió a la escuela de formación de conductores de autobuses, que ofrece la empresa, y de coleccionista pasó a ser valet y conductor de autobuses urbanos. Aprovechó la oportunidades”, comentó a A Gazeta el gerente de la ahora ex empresa de José, Elizeu da Conceição.

Por último, José quiere seguir adquiriendo conocimientos y por eso “también quiero buscar promoción de salud, ayudar a las personas, entregar una mejor sonrisa. Para mí, mucho ha cambiado. Inicialmente dejé Cariacica para ir a Irupi. Además, ya no tengo una rutina de bus, ahora me estoy conectando al servicio público. Es una nueva etapa de mi vida”, confesó.

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