Pete Broadhurst lleva 3 años con ectropión, una condición en la que el párpado inferior se separa del globo ocular. A pesar de hacerse operaciones correctivas, aún no puede cerrar sus ojos.
A medida que avanzan los años y también los adelantos médicos, son más las personas que sienten interés en poder realizarse cirugías plásicas con tal de cambiar alguna característica o aspecto de sus cuerpos.
Y estos procedimientos, aunque pueden resultar muy exitosos para algunas personas y cambiar sus vidas para bien, también tienen su lado riesgoso, ya que si existe negligencia médica podrían transformarse en verdaderas pesadillas.
Eso le ocurrió a un hombre de Inglaterra que se hizo conocido por una cirugía plástica fallida que lo dejó sin poder cerrar los ojos nunca más. Se trata de Pete Broadhurst, quien se realizó una operación que terminó en tragedia.
Según información de La Vanguardia, Pete pagó casi 15 mil dólares en 2011 para reducir la hinchazón de sus mejillas. Esta operación se la quería realizar simplemente por algo estético, ya que no le gustaba mucho el aspecto de su rostro.
Luego de asistir a un control médico, el cirujano decidió que Pete debía someterse a un estiramiento de cuello, una blefaroplastia debajo de los ojos y una rinoplastía.
El procedimiento duró unas 9 horas, pero no resultó como lo esperaba. Cuando Pete se despertó se dio cuenta que sus dolores eran más fuertes de lo normal y notó algo extraño: no podía cerrar los ojos.
“Parecía que me habían golpeado (…) Estuve enfermo toda la noche y mientras dormía. El día después de la cirugía deseé no haber ido nunca“, explicó.
Los doctores intentaron calmarlo y le dijeron que eran efectos secundarios a la operación, pero él no confiaba. Fue hasta otro médico que le dijo que nunca más podría volver a cerrar sus ojos de forma correcta.
De ahí en adelante comenzó un presente desagradable. Le diagnosticaron ectropión, una condición en que los párpados inferiores se separan del globo ocular. Por ese motivo debe usar gotas para los ojos y debe dormir con toallas calientes.
Esta condición le ha generado problemas a la visión, por lo que ya no puede ver correctamente ni tampoco conducir coches.
Su desesperación llegó a tal punto que usaba cinta adhesiva para poder dormir por las noches. Además, intentó someterse a cirugías correctivas, pero el daño es tan grande que se trata de una condición irreparable.