Por Camilo Morales
15 February, 2022

“Después de la cirugía, sentí la diferencia. Mejoré en el trabajo y hoy, gracias a Dios, me siento al 100%”, dijo Vilmar Moreira, quien sufría de queratocono en sus ojos. Tras un caritativo donativo, quedó como nuevo.

Hay personas en el mundo que cuyas ansias por ayudar son tan grandes, que no les importa si tienen que aportar su granito de arena para brindarle una mano a gente desconocida y que no es cercana a ellos.

Sin embargo, así como hay personas que brindan esa ayuda desinteresada, hay quienes van más allá y son capaces de aportar grandes sumas de dinero.

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Como toda persona que sufre una enfermedad grave, Vilmar Moreira, de 46 años, tenía que financiar el tratamiento de una enfermedad que limitaba su visión. Se trata de queratocono, una condición que afecta la estructura de la córnea y el globo ocular.

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Según información de Jornal NH, Vilmar no tenía la capacidad económica para comprar sus medicamentos y tener que someterse a las cirugías que necesitaba para recuperar su vista.

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Pero la historia llegó hasta los oídos de Iolanda Freitas, una jubilada de 83 años que se emocionó con la historia de vida de Vilmar, ya que vió a uno de sus hijos menores reflejados en él y su sufrimiento.

Sin pensarlo dos veces, juntó un poco de dinero y decidió donárselo al joven para que pudiera financiar tanto su tratamiento como sus operaciones.

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Cuando Vilmar supo lo que la mujer hizo por él quedó sorprendido. “Doblé mis rodillas y me agaché para agradecerle a Dios. Salió de su corazón, no hay forma para explicar por qué decidió ayudarme“, dijo.

Por su parte, la mujer sintió que era algo que tenía que hacer. “Lo que hice por él cualquier otra persona podría haberlo hecho por alguno de los míos. Nunca olvidaré a Vilmar. Para mí, él es familia. Su familia es maravillosa (…) Quiero que esté bien“, agregó Iolanda sobre Vilmar, a quien considera como “un hijo menor”.

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Ambos pudieron encontrarse luego de la cirugía y se abrazaron. Ahí Vilmar le contó a la mujer que decidió tatuarse su nombre en señal de agradecimiento por lo que hizo por él. “Ella es mi ángel de la guarda“, dijo el hombre.

La operación resultó exitosa y Vilmar ya pudo recuperar su vista. “Después de la cirugía, sentí la diferencia. Mejoré en el trabajo y hoy, gracias a Dios, me siento al 100%. En casa tenía mucho dolor de cabeza, mucho estrés. Después de la cirugía estoy flotando de felicidad“, cerró.

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