“Me gustaría que alguien hiciera lo mismo por mí si perdiera mi billetera”, comentó Sean Currey, quien no tiene hogar hace 5 años y encontró el objeto buscando comida en un basurero. Ante el gesto de la niña dijo: “Me atraganté y me explotaron las lágrimas”. Y es que esta historia es hermosa.
No es para nada agradable perder la billetera. Perder tarjetas de crédito y documentos personales siempre será un dolor de cabeza. Sin embargo, hay veces en que esta situación puede dar un giro completamente diferente e inesperado.
Un hombre sin hogar en Estados Unidos encontró una billetera perdida mientras revisaba un viejo contenedor de basura en una cafetería de San Rafael, California y, sin dudarlo, se contactó con la dueña para devolverla intacta, sin pensar que lo que recibiría de vuelta sería algo mucho más grande.
Su nombre es Sean Currey (57) e intermitentemente ha vivido en la calle. Usualmente revisa los basureros de cafeterías y restaurantes para encontrar algo de comida y así poder alimentarse.
En eso estaba cuando, en uno de esos basureros, encontró algo más que comida: una bolsa de tela con diseño floral que contenía varias tarjetas de crédito y débito, una licencia de conducir, tarjetas de asistencia en el camino y de atención médica. La revisó y rápidamente encontró el nombre de la dueña, una mujer de 80 años llamada Evelyn Topper, quien vivía a en Mill Valley, California, a unas seis millas de donde se encontraba Currey.
No se lo pensó dos veces y se contactó con Evelyn (80) para devolvérsela, sin imaginar que después recibiría algo mucho más grande y mejor que un par de tarjetas de crédito.
“Me gustaría que alguien hiciera lo mismo por mí si perdiera mi billetera”, comentó Currey a The Washintong Post, y añadió que “sabía que esta mujer probablemente estaba fuera de sí sin saber dónde estaban todas sus cosas”. Y claro que así estaba la mujer.
El 9 de diciembre de 2020, Evelyn Topper, quien confesó haberse sentido muy angustiada, se dirigió a Kamson Coffee, donde compró un café con leche descafeinado con té chai y un té de burbujas para su nieta de 12 años, otra de las protagonistas de esta historia. La mujer de 80 años sacó su billetera para pagar y la volvió a guardar en su chaleco, que se olvidó de cerrar. Fue ahí cuando la perdió.
Contó a The Washington Post que de inmediato llamó a la cafetería pero le dijeron que la billetera no estaba allí. “Destrocé mi auto y mi casa. Sabía que debía haber caído en algún lugar del estacionamiento”, dijo Topper. En eso estaba, desesperanzada, cuando recibió una inesperada llamada.
“¿Es Evelyn Topper?”
Currey (57) se encontraba al otro lado de la línea y le contó a Evelyn que él había encontrado su billetera perdida. “Empecé a gritar. No podía creerlo”, dijo Topper, y partió al encuentro con el hombre en el estacionamiento de un centro comercial, lugar en el que habitualmente duerme. Allí le entregó un poco de dinero en forma de agradecimiento y justo coincidió con que era el primer día de la celebración judía de Hanukkah, razón por la que Topper se sentía aún más bendecida.
La historia no terminó aquí. De vuelta a su casa, Evelyn llamó a su hija y nieta Mikayla (12) para contarles lo que había sucedido. Y a su nieta se le ocurrió la idea que cambiaría la vida de Currey.
Mikayla, quien estaba pronta a realizar su fiesta de cumpleaños, hace tiempo quería ayudar a alguna organización y, cuando supo del hombre que había ayudado a su abuela, no dudo ni un segundo en devolverle la mano: se propuso recaudar dinero para ayudar a Currey, a quien llamó junto a su mamá para saber si estaba cómodo con recibir el dinero recaudado.
“Me atraganté y me explotaron las lágrimas”, confesó Currey y agregó que “me sentí muy honrado y especial de que ellos hicieran todo lo posible para hacer eso por mí”. Y es que el hombre de 57 años hace cinco años no tiene donde vivir y no ha encontrado trabajo por la pandemia, es más, se enfermó de neumonía cuando esta comenzó y pasó cuatro meses en una vivienda del gobierno y desde ahí vivi en su auto. “Estoy trabajando tanto como puedo con la pandemia, haciendo cosas de manitas donde puedo. Pero es difícil sin tener una base de operaciones”, dijo y confesó que “no tener refugio no es nada bueno”.
Aunque admitió que si bien en algún momento pensó en usar las tarjetas de crédito, rápidamente se olvidó de esa idea: “preferiría tener frío y hambre y saber que hice lo correcto” contó a The Washington Post, aún sin saber que después recibiría una gran recompensa.
Y es que el día de la fiesta de cumpleaños de Mikayla (12) se recaudó un total de 475 dólares para este hombre, en forma de agradecimiento por el gesto de honestidad que tuvo con la señora de 80 años, y se juntaron en el estacionamiento para entregárselo. Estaban tan agradecidas que la familia Topper incluso creó una página web, GoFundMe, con el objetivo de ayudar a Currey durante la pandemia del coronavirus.
“Creo que tengo buen corazón. Tal vez, si sigo haciendo lo correcto, más personas también lo harán, y cambiará el mundo, en pequeña medida, para mejor”, finalizó el hombre.