La pandemia los dejó sin ventas, porque no hay turistas. Junto a su esposa, se vieron obligados a pedir ayuda y las redes sociales hicieron lo suyo. Recibieron tantos productos que debieron llevárselos en un camión de mudanza. El pueblo mexicano es tremendamente solidario.
La llegada de un hijo cambia drásticamente nuestro mundo. Se duerme menos, el cansancio se hace sentir y a veces el dinero no alcanza. Muchas personas se ven en un complejo panorama, sin ingresos para comprar productos básicos. Así ocurrió con los protagonistas de esta historia, que se vieron obligados a pedir ayuda en las calles.
Se trata de un joven artesano que fue fotografiado junto a su hija de 10 meses, con un cartel donde anunciaba cambiar sus productos por artículos para su bebé. Emocionó a decenas de personas, que le dieron una mano y reunieron mucha ayuda. Necesita ropa, pañales y alimento por sobre todo.
Esta es su historia.
No piden caridad, solamente quieren vender sus productos. Y hablamos en plural porque junto a él está su esposa, que también sale en busca de ganar dinero.
Su historia se hizo conocida hace ya un par de días, viralizándose rápidamente. Todo comenzó con la imagen de Carlos y su pequeña. Fueron publicados en la red social Facebook y muchísimas personas reaccionaron con ayuda.
Lo que más necesitaban era ropa de niño, pañales (etapa 4 en adelante), leche y toallitas húmedas. Estarían en esta esquina hasta el 31 de agosto, para después seguir buscando nuevos rumbos y clientes.
Generalmente venden bolsos hechos a mano, con diseños atractivos a los turistas. Según relata Carlos, la pandemia los ha dejado sin clientes, ya que el turismo se detuvo y las calles están vacías. En el mismo grupo de Facebook contó su testimonio.
Hasta su esquina llegaron varias personas con ayuda.
Se juntaron muchos productos, tantos que tuvieron que llevarlos en un camión de mudanza. “Da gusto ver que como pueblo somos solidarios”, escribió un hombre en su Facebook, al ver que las redes sociales ayudaron a Carlos y su familia. Tiene mucha razón.
Les regalaron paquetes de pañales, leche en polvo y toda clase de alimentos, además de ropa y cobijas. Pero eso no fue todo, porque también les llegó una silla mecedora y una carriola, según detallan medios locales.
Cuando las redes sociales se unen por una buena causa, pueden ser muy solidarias y cambiar la vida de las personas. Así como ocurrió con Carlos, también ha pasado otras veces.