Lisa Racine trabajaba como gerente de una imprenta a tiempo completo, aún así decidió tomar un empleo en el hogar de ancianos de su padre para poder darle una sorpresa. Trabajará doble, pero el estar con una de las personas que más ama es impagable.
A causa de la pandemia por coronavirus, miles de familias se han visto distanciadas de manera tal, que ha terminado repercutiendo en el estado mental de las personas. Quienes más han sufrido han sido sin duda los más ancianos, aquellos que viven en un hogar de reposo y no solo han sido prohibidos de salir a tomar un paseo, sino de poder ver a sus seres queridos. Sabiendo esto, Lisa Racine tomó una inspiradora decisión laboral, todo con tal de ver a su padre.
Racine tiene a su padre, Harold en un hogar de ancianos de Minnesota, Estados Unidos, y su trabajo de tiempo completo, como gerente de una imprenta le había causado algunos problemas de tiempo al principio de la pandemia. Sin embargo, una vez controlado sus horarios no dudó en hacerle una visita a su querido papá, pero de una manera especial.
Con 58 años y un montón de energías, postuló a uno de los empleos de limpieza que ofrecía el centro de reposo, sin contarle nada a su padre, pero cuando fue aceptada, salió positivo en COVID-19.
Tuvieron que pasar un par de semanas antes de poder entrar a trabajar, durante ese entonces, la mujer se comunicaba con su padre por videollamadas, sin contarle aún lo que tenía planeado hacer luego de su empleo a tiempo completo. De todas formas, esas conversaciones no iban muy bien, ya que a sus 87 años, Harold no se maneja con la tecnología, uno de los motivos por los que Lisa estaba cansada de no poder visitarlo.
El día que Lisa por fin entró a trabajar pudo ver a su padre, ella con mascarilla y gorra era prácticamente irreconocible, así que esperó hasta la hora de la cena para darle su comida y así saludarlo.
“Simplemente pensó que yo era ayudante de enfermera o algo así. Le dije ‘Soy yo, papá’, y él me dijo: ‘Lisa, ¿qué estás haciendo aquí? ¿Cómo entraste? ¿Quién te dejó entrar?’ Pensó que me iba a meter en problemas o algo así”.
–Lisa Racine a CNN–
Al trabajar cerca de pacientes ancianos, Lisa pudo optar a vacunarse unos días antes de lo que normaba el programa para ciudadanos. Aquél día no solo quedó más tranquila por ella misma, sino por su padre, quien tendrá menos riesgo cada vez que ella llegue al trabajo.
La mujer solo espera con ansias el día de poder sacar a su padre a pasear nuevamente, porque pese a estar vacunado, deben seguir respetando las normas sanitarias. En cuanto a su empleo en el hogar, afirma aún tener ganas de trabajar después de la imprenta y con el tiempo se ha ido enamorando del recinto, así como de los demás internos. Tomar aquella decisión le cambió la vida y agradece haber tenido la oportunidad de aventurarse así por su padre.