Lorraine Nichols sobrevivió al cáncer de mama dos veces y tuvo que detener su tratamiento de fertilización in vitro por petición médica. Para ella la maternidad “ha sido algo increíble”.
Convertirse en padres puede ser una tarea difícil, ya que para algunas parejas se presentan ciertos obstáculos, tanto biológicos como económicos, lo que genera que tener hijos sea una etapa que pueda retrasarse por varios años.
Para Lorraine Nichols, una terapeuta de Tallahassee, Estados Unidos, quedar embarazada era un sueño que había tenido desde que era muy pequeña. Sin embargo, por cosas de la vida nunca había podido materializar.
Lorraine ha sobrevivido al cáncer de mama dos veces, por lo que debido a aquellos años de tratamientos y hospitalizaciones tuvo que posponer su planificación familiar.
Junto con su esposo intentaron por mucho tiempo realizar fertilizaciones in vitro, por las cuales tuvieron que desembolsar miles de dólares. Tiempo después tuvieron que dejar de intentarlo porque los médicos le advirtieron que el exceso de hormonas podía traer el cáncer de vuelta.
Esa realidad la tenía aceptada hasta que un día su vida cambió por completo: en un estacionamiento escuchó el llanto de un bebé que había sido abandonado en la parte trasera de una camioneta, en medio de un frío día de invierno, según informó Tallahasse Democrat.
Luego de confirmar que el bebé no tenía relación con el dueño de la camioneta en donde fue encontrado, Lorraine llamó a una ambulancia para llevarlo hasta un hospital. Pero mientras acompañaba al pequeño en su recuperación, se dio cuenta que quería convertirse en su madre.
Tuvieron que pasar un par de meses para que Lorraine junto a su esposo superaran las pruebas y pudieran hacer el papeleo pertinente para convertirse en padres del niño, a quien bautizaron como Charlie.
Uno de los paramédicos que ayudó al pequeño fue Steve Suarez, quien recordará para siempre aquel día. “Me da escalofríos solo pensarlo. Fue uno de esos días que me sentí honrado y agradecido de hacer el trabajo que hago“, explicó.
A pesar de que la maternidad al comienzo fue algo “aterrador“, en palabras de Lorraine, ahora siente que “ha sido increíble“. Con su esposo han luchado por poder criar a este niño a quien apodan como “un milagro de Navidad“.
De hecho, ha dejado en claro que nunca ha querido juzgar a la madre y padre biológicos de Charlie, quienes lo dejaron en la camioneta. “Todo lo que hago es rezar por ella (…) porque no sabes por lo que la gente pasa. Me imagino que quería que su hijo estuviera a salvo“, finalizó.