Michelle le prometió a su esposo David que lo acompañaría “en las buenas y en las malas”, y está cumpliendo esa promesa. A pesar de que su marido está en coma, ella le envía mensajes alentadores y reza fuera de su ventana para que se recupere.
El mundo entero está sufriendo por culpa del coronavirus.
Esta enfermedad, detectada a fines del 2019 en la ciudad china de Wuhan, ha desencadenado una crisis sanitaria mundial sin precedentes y ha cambiado las vidas de toda la humanidad, quizás para siempre.
Millones de contagiados, cientos de mi miles de muertos y países enteros paralizados por las cuarentenas son sólo algunas de las terribles cifras que trae consigo el COVID-19.
Y si bien la situación se ve muy complicada y grave, esto empeora aún más cuando nos enfocamos en casos específicos, en historias humanas de personas que están luchando contra la enfermedad y la de sus familiares que no pueden acompañarlos en su peor momento.
Ejemplo de esto es el caso de David y Michelle Gutiérrez.
Esta pareja se alistaba a celebrar su décimo aniversario en unas semanas cuando “la peor tos de la vida” dejó a David, de 53 años y padre de 2 hijos, internado en le hospital luego de dar positivo por coronavirus.
Michelle lo dejó en el hospital, se despidió del amor de su vida y esa fue la última vez que estuvieron juntos en la misma habitación. En cuestión de días, el hombre perdió el conocimiento y lo colocaron en un ventilador, sin tener un buen pronóstico y sin saber si volverá a despertar para ver a su esposa.
“Sus últimas palabras fueron ‘te amo, nos vemos pronto”, dijo la mujer, quien agregó que “Dios escuchará las plegarias, David saldrá de esto”.
Sin embargo, eso no ha impedido que Michelle se mantenga lo más cerca posible de su esposo, todos los días y todas las noches.
Michelle le hizo una promesa a David y, aunque él está actualmente en coma con soporte vital, la ha cumplido.
Todas las noches, alrededor de las 7 p.m., Michelle le envía un mensaje de texto a David y se para debajo de la ventana del hospital para orar por él.
Sin importar sus otros compromisos, su propia seguridad o su estado de salud, esta mujer aparece todos los días a la misma hora a rezar por la salud de su esposo, del amor de su vida.