“Me trataban mal. Me maldecían. Me despertaban temprano y me hacían trabajar (…) Me siento tan feliz en esta casa. Me dieron una nueva vida”, expresó la pequeña Parwana Malik.
Hay países en donde se mantienen costumbres que atentan contra la integridad de las personas y que, a pesar de ser tradiciones de mucha data, no significa que estén bien. Parwana Malik, de 9 años, era víctima de tal situación en Afganistán, cuando intentaron obligarla a casarse siendo aún una niña. Por fortuna, fue rescatada.
Esta nación asiática se encuentra actualmente bajo una crecida crisis, que ha aumentado la hambruna en los sectores más vulnerables, poniendo a las personas en situaciones de mucho riesgo. Y es que, desde que los Talibanes asumieron el poder mucho ha cambiado y los derechos de las mujeres han desaparecido bajo este régimen.
Según reseñó CNN, la crisis y la impunidad ha impulsado a muchos a tomar medidas descabelladas por conseguir dinero. Por ello, el padre de Parwana decidió vender a su hija para que se casara con un hombre de 55 años, quien le pagó el equivalente a 2.200 dólares en efectivo, ovejas y tierras.
Este tipo de situaciones se viven en Afganistán desde hace años, a pesar de que el matrimonio en menores de 15 años es ilegal. Es algo que se presencia sobre todo en los lugares rurales.
“Por lo general, hay mucha miseria, hay mucho maltrato, hay mucho abuso involucrado en estas cosas”, dijo la activista por los derechos de las mujeres, Mahbouba Seraj, quien está encargada de un refugio para mujeres y niñas en Kabul.
“Algunos de ellas no pueden soportarlo. En su mayoría, mueren bastante jóvenes“, agregó.
Fue gracias a activistas y organizaciones que Parwana pudo ser rescatada. Desde que su caso se hizo mediático, el hombre que la “compró” desapareció y la niña pudo escapar con su madre, Reza Gul, y sus 6 hermanos. Su mamá no lo podía creer cuando perdió a su hija y ahora está aliviada al huir con ella.
“Estaba enojada, luché con él y lloré. Dijo que no tenía otra opción“, relató Reza, al contar cómo fue la discusión con el padre de la niña al momento que decidió “venderla“.
La pequeña estaba asustada y temía por su vida cuando supo que la canjearon como un producto. “Mi padre me vendió porque no tenemos pan, arroz ni harina. Me vendió a un anciano“, expresó la niña, quien había rogado por regresar con su familia. De hecho, había recibido tratos crueles estando con ese hombre.
“Me trataban mal. Me maldecían. Me despertaban temprano y me hacían trabajar”, contó. La chiquilla le había suplicado a su padre que no quería ser vendida, que soñaba con estudiar y crecer, no estar en esa situación.
Luego de escapar con distintos representantes de organizaciones que rechazan el matrimonio infantil, como Too Young to Wed (Muy joven para casarse), lograron llegar a un hotel en la ciudad de Herat, la tercera más grande de Afganistán. Luego fue trasladada a un lugar seguro.