George Masinde no tenía dinero para ir en otro medio de transporte, así que se fue caminando y sorteando el frío y los animales salvajes del desierto. “Temí por mi vida pero pensando en mi carrera futura no tuve otra opción que hacer el viaje”, explicó.
Hay muchos niños a lo largo del mundo que tienen que pasar distintos obstáculos y dificultades para poder acceder a la educación. Así como también, su familia debe hacer el doble del esfuerzo, ya sea económico o de otro tipo, para que ellos puedan graduarse.
Uno de ellos es George Masinde, un joven que a pesar de la distancia que lo separaba con la escuela, decidió caminar 50 kilómetros para poder hacerse con un cupo en la Escuela Nacional de Niños de St. Joseph, en Kenia.
Según información de K24TV, George supo a través de sus vecinos que los cupos en la prestigiosa entidad de educación se estaban acabando, por lo que debía apurarse si quería lograr entrar ahí.
Para él era un sueño que venía imaginando desde que estudiaba en la Escuela Primaria de Santa Teresa, por lo que era necesario entrar sí o sí en St. Joseph y así asegurarse cursar una buena educación secundaria.
George caminó los 50 kilómetros con su antiguo uniforme de escuela desde Kona Mbaya hasta Kitale. Según él, “el lugar se lo darían a otra persona” si es que no se presentaba a la hora y fecha correcta.
“Mi madre y mi padre dependen de un pequeño negocio donde venden verduras y apenas se pueden permitir alimentarme a mí y a mis otros hermanos, por lo que ni siquiera me pude subir a algún transporte“, explicó el joven. Además, agregó que sus esfuerzos por solicitar becas fueron en vano, ya que ninguna entidad lo quiso apoyar.
Para lograr su travesía se levantó a las 6 de la mañana para poder estar en su nueva escuela a las 8 de la mañana. Hay que tomar en cuenta que el clima desértico en la madrugada suele ser muy frío y puede llegar a temperaturas bajo cero. También hay riesgo de encontrarse con animales salvajes.
“Temí por mi vida pero pensando en mi carrera futura no tuve otra opción que hacer el viaje“, explicó el joven.
Según el director de la escuela, Goldfrey Owuor, el niño “entró con el uniforme de la escuela primaria y temblando por el clima frío actual en Kitale. Me suplicó que lo dejara unirse a sus compañeros, ya que no tenía nada más que el uniforme andrajoso y un par de pantuflas“.