Tras varios años luchando contra las drogas, la madre de Jordan y Jarred quedó internada en rehabilitación, y su novio, Steven, logró ganar la tuición de ellos 3 años después. “Si no fuera por él, probablemente estaría a mis 18 años con ese dolor”, dijo la joven.
No todos tienen la suerte de no tener problemas serios entre los miembros de su familia. Sin embargo, hay quienes han tenido que luchar desde pequeños con conflictos y complejidades que van más allá de sus manos.
Hay familias que están marcadas por las adicciones de sus miembros, ya sea a las drogas o al alcohol. Y es que, además de que esas adicciones afectan gravemente la salud de estas personas, también es su entorno el que sufre casi de la misma forma que ellas.
Uno de estos casos es el de Jordan Benewiat, una joven de Estados Unidos cuya infancia fue muy difícil y la recuerda con mucho dolor.
Jordan desde que tiene memoria que recuerda a su madre borracha en celebraciones y que las drogas poco a poco comenzaron a apagar su espíritu. El clima en su hogar era muy denso y sentía que nunca tuvo el amor que un hogar debía tener.
En una historia, publicada en el medio News Amo Mama, Jordan cuenta que desde que era pequeña comenzó a sentir ansiedad y temor, y junto a su hermano Jarred, no se sentían seguros con su propia madre.
Este fue el ambiente en el que vivieron sumergidos hasta que Steven llegó hasta sus vidas. Este hombre comenzó a salir con su madre y comenzó a preocuparse de sus adicciones.
Jordan contó que la situación escaló tanto que hubo un incidente en su casa, Steven llamó a la policía, y su madre quedó recluida en rehabilitación. Lo malo de esto es que Jarred y Jordan se separaron para ir a hogares de acogida.
Steven no se rindió y decidió que lo daría todo para recuperar a los niños, aunque no se tratara de sus hijos biológicos. De esta forma, el novio de su madre los adoptó y logró ganar el juicio en donde le otorgaron los derechos de crianza de emergencia de Jarred y Jordan.
Tuvieron que pasar tres años para que se formalizara la adopción y comenzara un nuevo capítulo en la vida de estos dos hermanos que tuvieron que sufrir mucho
“Recuerdo cada sentimiento que sentí durante los siete años que no lo conocimos. Si no fuera por él, probablemente estaría a mis 18 años con ese dolor. Es una de las pocas personas en este planeta que no me dejó caer“, dijo Jordan en sus redes sociales.
A pesar de que para los jóvenes el abandono de su madre fue muy difícil, sabían que tenían que dejarla ir de sus vidas para que pudieran tener una estabilidad mental y emocional.
“Ella es el santuario de todos mis intentos fallidos de tener una madre. Era una maravillosa humana llena de todos los colores del arco iris y las puestas de sol, pero también fue la parte más oscura de mi infancia“, cerró la joven, quien ahora vive junto a su hermano y a Steven.