“Te quiero, si las cosas van mal, tienes que estar unida a tu madre. Estoy demasiado cansado. Un beso a todos”, dijo Tullio en su último mensaje a la familia.
La pandemia de COVID-19 sigue dejando profundas heridas en la sociedad. Las cifras de muertes siguen en aumento y los familiares ni siquiera pueden despedir a sus seres queridos, para darles el último adiós. De esta misma manera partió Tullio Flamini, quien solo pudo despedirse de su esposa con unos últimos mensajes por teléfono.
“El problema es la mascarilla, es pequeña, me duelen los dientes”, le decía Tullio, de 63 años, a su esposa Sofía por mensajería. Desde su cama en el Hospital Cardarelli de Nápoles, Italia, se comunicaba diariamente con su querida. Era la única forma de interactuar, debido a que las medidas de distanciamiento social no permiten visitas.
Tullio contrajo el coronavirus al igual que más de 790.000 italianos y, luego de luchar contra la enfermedad, terminó por fallecer el pasado 8 de octubre, sumándose a las más de 39.000 muertes por esta causa hasta este 4 de noviembre en este país. No obstante, con sus últimas fuerzas le envió unas sentidas palabras a su amada e hija.
“Te quiero, si las cosas van mal, tienes que estar unida a tu madre. Entonces te seguiré desde arriba. Estoy demasiado cansado. Un beso a todos“, se puede leer en uno de los últimos mensajes enviados por Tullio, según reseñaron medios locales.
Sofía, quien es enfermera, entendía bien la situación pero no pudo soportar el hecho de ni siquiera abrazar y besar a su esposo por última vez.
“El personal es escaso, muchos son jóvenes a la primera experiencia. Los pacientes a menudo se sienten solos y abandonados. Hice que llevaran a mi esposo al hospital porque quería que mejorara, pero ya no lo he visto. Lo volví a ver después de 10 días encerrado en un saco en la morgue y no pude darle ni un último abrazo”, dijo Sofía.
“No me parece cierto que se haya ido. No puedo procesar su desaparición. Soy una enfermera. Estoy en contacto con la muerte todos los días. Pero no puedo sacarlo de mi mente, viví su vida. Ahora quiero liberarme de este dolor que tengo dentro y hacer algo por los demás”, agregó.
Sofía quiere tomar fuerzas con al partida de su esposo y usar su caso como ejemplo para que otros no vivan este mismo destino. Ella cree que se deben tomar con mayor seriedad las medidas sanitarias.
“Espero que los mensajes de mi esposo puedan ayudar a mejorar las condiciones de estos pobres enfermos de este monstruo invisible, para que sean más seguidos, incluso si hay una emergencia. Estas personas están alerta, aunque estén bajo la máscara de oxígeno, no están en coma, ven y oyen todo, aunque no puedan hablar”, comentó.