Ali Miles acusó discriminación tanto de los dueños del lugar como de las demás clientas. Sin embargo, desde la dirección del recinto la acusaron de estar espiando a las usuarias en los vestidores.
Aunque la lucha contra la discriminación es parte de la agenda de gobierno de algunos países occidentales, hay situaciones desagradables e incómodas que siguen ocurriendo en ciertos recintos en lo que respecta a baños o camarines.
Hace unos días se conoció el caso de Ali Miles, una mujer transgénero que demandó a un estudio de yoga de New York, Estados Unidos, por 5 millones de dólares luego de que la obligaran a utilizar el vestuario de hombres.
Según información de New York Post, se trata de la tercera demanda de parte de esta mujer hacia locales de la ciudad en el último año por la misma razón: negarle el uso de baños y camarines que son de mujeres.
Ali explicó que estaba en “proceso de transicionar a mujer” y que se ha sometido a terapias hormonales, pero desde el estudio de yoga le dijeron que por tener aspecto de “hombre” su presencia había molestado a otras clientas.
Aunque a simple vista parece un caso de discriminación, existen algunas aristas del caso que han salido a la luz. Una de ellas tiene que ver con que varias mujeres se quejaron de que Ali las habría estado espiando en los vestidores.
La gerenta del lugar contó que las clientas “le gritaron a Ali y le exigieron que se fuera del lugar, y que dejara de usar las instalaciones“.
De hecho, la encargada del estudio de yoga comentó que había otra clienta que era transgénero y que también utilizaba los baños de mujeres, pero que ella nunca había tenido problema con nadie del lugar. “Es solo este individuo“, agregó.
Una testigo, que no quiso revelar su identidad, contó que Ali había entrado al vestuario femenino “con pantalones cortos masculinos que le llegaban a la rodilla“, que “no usó ningún top femenino para cubrir su busto” y que se había quitado su túnica y era “un varón completo. Hay 150% hombre“.
Además, otra de las mujeres entrevistadas por el medio estadounidense detalló que “estaba agachada en el suelo frente a las duchas. Fue muy incómodo para una de las mujeres que estaba allí completamente desnuda“.
El abogado defensor de Ali, Peter Sverd, dijo que estas situaciones se habían repetido varias veces en contra de su cliente en otros sitios. Junto con eso, citó una ley de la ciudad de 2016 que dice que los lugares públicos deben permitir a los visitantes usar baños que estén de acuerdo con su identidad de género.