“Mis hijos odian que sea una acompañante, pero ellos no pagan las cuentas. Disfruto estar soltera, soy bastante independiente y quiero hacer lo que quiero, cuando quiero”, manifestó Sila Star.
Actualmente, la edad dejó de representar un impedimento para ejercer una amplia variedad de trabajos, incluyendo aquellos que involucran el cuerpo como una herramienta principal. Habiendo un mercado bastante amplio para todos los gustos dentro del mundo del erotismo, hemos visto mujeres que casi pisan los 60 manteniéndose activas.
Incluso en el campo de las damas de compañía hay cabida para las llamadas ‘grannies’ o abuelitas. En este oficio se pueden conseguir ciertos beneficios económicos significativos, que permiten tener oportunidades para generar ingresos estables, además de flexibilidad horaria y la posibilidad de establecer límites personales en relación a los servicios ofrecidos.
Es así como recientemente una abuela de 54 años destacó por emprender en este negocio y asegura que gana alrededor de 18.000 dólares por noche, algo que le ha permitido no solo mantenerse, sino invertir una buena cantidad de dinero en su imagen, con cirugías estéticas principalmente. Sin embargo, su familia no parece estar muy de acuerdo con esta práctica.
Según Daily Mail, Sila Star, de Florida, Estado Unidos, trabaja desde hace más de 25 años como escort, por lo que constantemente se somete a un gran número de operaciones para asegurar lucir siempre lo más ‘joven’ posible.
Dijo que ahora recibe aproximadamente 1.000 dólares por hora como acompañante, lo que generalmente se traduce en 10.000 y 18.000 por noche. Gracias a estas ganancias se permitió pagar los múltiples ingresos al quirófano, por los que ha gastado alrededor de 150.000 dólares en total.
“Es importante gastar mucho en mi apariencia, necesito mantener mi apariencia y mi juventud para mi carrera”, explicó la mujer, que también gasta entre 20.000 y 25.000 dólares mensuales en ropa de diseñador y otros procedimientos.
Las desventajas que se le han presentado han sido esencialmente con sus hijos, quienes no aprueban del todo este trabajo. “Mis hijos odian que sea una acompañante, pero ellos no pagan las cuentas”, aseveró Sila, quien tiene además 2 nietos.
“Muchas personas son críticas y realmente no conocen los verdaderos beneficios y cómo realmente ayudo a la vida de muchas personas”, continuó.
“Como a mis hijos no les gusta mi trabajo, trato de mantenerlo muy separado y no involucrarlos de ninguna manera o incluso hablar demasiado de eso para respetarlos”, detalló.
Por otro lado, señaló que los malos comentarios no le afectan en absoluto: “Solo lo veo como un reflejo de ellos mismos y de sus propias inseguridades”.
“Me siento muy confiada conmigo misma. La mayoría de la gente me conoce porque realmente me quiere porque soy una buena persona”, sumó.
“Disfruto estar soltera, soy bastante independiente y quiero hacer lo que quiero, cuando quiero. Pero a veces admito que puede ser un poco solitario, sería bueno tener un compañero, pero veremos qué pasa”, concluyó.