Por Antonio Rosselot
12 January, 2021

A diferencia de lo que creerían varios, Belén Álvarez (Argentina) no odia a los bebés, sino que simplemente no quiere ser madre. Lo ha sabido desde pequeña y la sociedad siempre la condenó por su decisión, pero en el movimiento Child Free logró encontrar un espacio contenedor en el que dejó de “sentir que estaba loca”.

En 2007, Belén Álvarez (Argentina) tenía apenas 14 años cuando una de sus profesoras de la primaria le abrió un portal en la cabeza.

Belén siempre había pensado que no quería tener hijos, desde una etapa muy temprana, pero nunca la habían tomado en serio y sus compañeras sólo hablaban del nombre que le pondrían a sus propios bebés. Cuando le preguntaban a ella, respondía con mucha vergüenza que no quería tener hijos y se sentía juzgada por sus pares y cercanos.

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Pero la situación con la profesora le hizo ver que su postura estaba tan bien como la contraria. Cuando una compañera le se compadeció de la profesora por no haber tenido hijos, ella paró la clase y le respondió con una claridad poco vista en mujeres más mayores.

“Le contestó que no tuviera pena, que no creyera que ella no había podido sino que había decidido no tenerlos. Que tampoco se había casado y que era feliz así. Y a mí, ufff, me explotó la cabeza. Yo sentía lo mismo pero no sabía que se podía vivir sin esas dos cosas. Y desde ahí lo tuve más claro que nunca: ‘Este es el estilo de vida que quiero”.

—Belén Álvarez a Infobae

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Fue pasando el tiempo y Belén siguió firme con su postura, teniendo que aguantar todos los cuestionamientos de las personas que querían meterse o que les molestaba su decisión. Estuvo de novia durante seis años y la gente asumía que “ella sentiría el llamado” para ser madre, cosa que nunca ocurrió.

Se fue dando cuenta, en sus propias palabras, que “la sociedad no está acostumbrada a que una mujer decida sobre su cuerpo”, y que “el cuerpo es propiedad privada, y la decisión de tener hijos o no es de cada una”.

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En un momento se enteró de la existencia del movimiento mundial Child Free, que agrupa a mujeres y hombres que no tienen planeado tener hijos en sus vidas. Y ahí encontró apoyo, consuelo y esperanza.

“Me encontré con un mundo de gente que compartía este sentimiento de no querer tener hijos. Todos teníamos experiencias similares, lidiábamos con la típica tía que en Navidad te insiste: ‘¿Y para cuándo?’. De repente, el movimiento child free me dio un apoyo. Ya no me sentía sola, no sentía que estaba loca”.

—Belén Álvarez a Infobae

Belén explica que no odian a los niños ni hacen juicios morales a quienes deciden tenerlos, sino que comprenden que cada persona tiene sus deseos de vida y planes, en los que puede entrar un futuro hijo o simplemente no. 

Libre de Hijos Argentina

La joven, que ahora tiene 27 años y es neurofisióloga, decidió ratificar su decisión después de un tiempo y, después de casi 10 años tramitando el asunto y recibiendo negativas o evasivas de doctores, pudo hacerse la ligadura de trompas a fines de 2019.

“Conozco tantos viejitos a los que nadie va a a ver nunca y mueren ahí, solos, que sé que tener hijos no te garantiza nada. Además, ¿qué? ¿Vas a traer a un hijo al mundo para que sea tu enfermero? Eso sí me parece egoísta”.

—Belén Álvarez a Infobae

Este tipo de casos sirven para demostrar una realidad que a estas alturas ya es innegable. No es posible que las mujeres no puedan tomar decisiones sobre su cuerpo, sobre todo por temas valóricos y “costumbres de la buena moral”.

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Tenemos que construir una sociedad basada en el respeto por los demás, sea cual sea su forma de vivir.

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