Ya no se trata de si llevar o no un protector facial en el rostro, sino de cuál es el que mejor se ajusta a nuestro estilo.
Como nunca había ocurrido antes en la vida de la gran mayoría de las personas, hoy tenemos que hacer nuestras vidas con la boca y la nariz cubiertas. Por suerte nuestros ojos, las así llamadas ventanas del alma, sigue descubiertos. Pero la verdad es que sin nuestra nariz para oler y respirar, y sin nuestra boca para alimentarnos y hablar con claridad, la vida puede volverse algo incómoda. Pero la comodidad es un concepto relativo, cuando nos encontramos viviendo bajo la tiranía de una pandemia como no ocurría en un poco más de 100 años.
Por esto es que quienes se han adaptado mejor a la situación, sin dudas que son quienes simplemente asumieron que esto era la nueva vida normal. No se trata de si llevamos o no la cara cubierta, sino que de cómo adaptamos este mismo mandato, a una vida estable y algo más cómoda.
Por suerte o hay que ir demasiado lejos para encontrarla respuesta a aquella pregunta. Varias marcas, entre ellas Crooks & Marker (para el mercado de habla inglesa) o Facemask Chile (para el latinoamericano) ya han presentado el próximo paso en la difusión de mascarillas adaptadas a la nueva realidad.
Se trata de barbijos equipados con un botón, pensado para que un cilindro pequeño puedo llegar a nuestras bocas. ¿Cuál es el fin de esto? Que una bombilla pueda conectar con nuestras bocas directamente, sin que nos tengamos que bajar la mascarilla y exponer a los demás a un posible contagio.
Lo mejor de todo, es que este diseño no solo es una alternativa práctica, que soluciona un problema sin exponernos a uno aun más grande. También vienen en diseños bonitos, de lo más llamativos, que nos invitaran a usarlas en lugar de verlas como una complicación.
En el caso de las mascarillas auspiciadas por Crooks & Marker, el fin de todo esto tiene un trasfondo social. Todo el dinero recaudado será donado al Gremio de Camareros de los Estados Unidos, todo un grupo de personas que como te puedes imaginar por las medidas de cuarentena y distanciamiento social, han perdido su trabajo prácticamente de la noche a la mañana. Una realidad muy dura y que aun resulta difícil de tragar.
Junto con la mascarilla inteligente, todo parece que al menos le estamos perdiendo el miedo el covid. Asumiendo que así es la vida ahora, es como mejor estaremos parados para seguir así el tiempo necesario.