Creía que al perder pelo era menos bella, pero comprendió al quitárselo que aún lo seguía siendo.
Es seguro que todos adoramos nuestro cabello sin importar que sea difícil de peinar o no, es parte de nosotros y por supuesto que no queremos perderlo. Pero por diversas situaciones esto puede ocurrir, en las mujeres puede ser por la alopecia, algo que sufrió Sarah Broadhead.
Como cualquier cambio, por supuesto que al comienzo fue aterrador y entró en una fase de negación en la que intentó de todo para que no se cayera.
Sentía que perdía una parte importante de ella, pues era algo que definía su autoestima e identidad, al realizarse peinados o tal vez pintarse el cabello. Sin saber esto fue algo que padeció desde niña, pero no fue hasta la adolescencia que pudo saber qué ocurría.
Resulta que sufría de alopecia areata, una condición que produce pérdida de cabello en una o más zonas de la cabeza con formas circulares.
A medida que pasaba el tiempo eran más grandes los espacios, ella se lo atribuía al estrés o a algún tipo de desequilibrio hormonal. La peor parte fue compartir eso con su novio, le tenía que decir que se estaba quedando calva y aunque se hacía peinados que lo ocultaban no iba a ser suficiente con el tiempo.
Esos fueron momentos duros, creyó que su vida terminaba lo que sumaba estrés y empeoraba su condición, todo esto a principio de 2020.
Fue entonces cuando decidió que era momento de darle un ultimátum a su cabello, en ese punto había ido a muchos médicos y ya estaba cansada de esta situación. Entonces entró al baño y tomó una máquina para afeitar, lo siguiente seguro que se lo imaginan.
“Fue en un punto en el que si no me afeitaba la cabeza en ese momento, me acobardaría y nunca lo haría. Entonces lo hice. Con cada golpe de la navaja lloré, pero también sentí una sensación de libertad, y me atrevo a decirlo, felicidad”.
–Sarah Broadhead dijo aLove What Matters–
Ahora no solo se siente libre, sino también hermosa y a través de su Instagram comparte cómo son los días de su vida con alopecia. Lo mejor de todo es que a veces se coloca pelucas y está bien, porque son momentos en los que quiere ser “otra persona” pero sin olvidar que está calva.