Mientras ella parecía estar bastante orgullosa de su atrevida elección, su futuro esposo no podía creer lo que veían sus ojos, pues probablemente esperaba verla con un vestido de novia tradicional, elegante y… más largo.
En el maravilloso mundo de las bodas, donde los sueños se convierten en realidad y los corazones se unen en un vínculo eterno, siempre hay espacio para la sorpresa y la intriga. Cada ceremonia tiene su propia historia, y en esta ocasión, una novia decidió romper todos los esquemas con su elección de vestuario.
La radiante mujer estaba feliz por casarse por fin con su ser amado y decidió sorprenderlo mientras caminaba hacia el altar con un sexy y diminuto baby doll blanco. Aunque mientras ella parecía estar bastante orgullosa de su atrevida elección, su futuro esposo no podía creer lo que veían sus ojos.
Los abrió tanto que parecía que se le iban a salir de las órbitas y el shock fue tan intenso que tuvo que sentarse para evitar desmayarse. El hombre, que probablemente esperaba ver a su amada vestida con un tradicional y elegante vestido de novia, se encontró con una imagen que desafiaba todas las expectativas.
La reacción fue instantánea y parecía casi arrepentido del compromiso que estaba pronto a formar con la chica. Como era de esperar, el incidente no pasó desapercibido en redes sociales y se viralizó en cuestión de horas.
Los comentarios iban desde la condena hasta el apoyo a la novia por atreverse a ser ella misma en un día tan especial. Las opiniones se dividieron y la historia de esta boda poco convencional se convirtió en tema de debate en línea.
“Todavía estaba a tiempo con esa señal que le enviaron del cielo”, “Creo que se veía preciosa”, “¿Era la boda o la despedida de soltera?”, “¡Oh no! ¿Nadie se lo dijo? Se suponía que tenía que vestirse de novia”, “Dejen de criticar, era su boda y podía vestirse como quisiera” y “Ese era el vestido para después del matrimonio”, escribieron diversas personas.
Ver esta publicación en Instagram
Asimismo, muchos otros manifestaron que el novio parecía haberse enterado en ese momento de quién era realmente la mujer con la que estaba a punto de casarse. Pero, ¿quién somos nosotros para juzgar?