Por Francisca García
19 June, 2017

El método de tortura más efectivo.

Cualquier persona que haya usado sostén se sentirá identificada con esto. Porque tendrán muchas cosas buenas, pero usar sostén viene con todo tipo de problemas, frustraciones y sufrimientos que sólo se entienden cuando los has usado. Lo que pasa es que los sostenes pueden llegar a ser la parte más difícil de nuestro armario, y eso es algo que poca gente reconoce.

1. Partamos por el simple hecho de que los sostenes son muy, muy caros.

En serio, nunca he logrado entender por qué los sostenes son tan ridículamente caros. ¿De qué están hechos, oro? Porque claro, existen sostenes más baratos, pero también son los que se destruyen más rápido que tu dignidad un viernes por la noche.


2. Querer comprarte los más lindos, con colores vivos, brillo y hasta fuegos artificiales, pero tener que conformarte con los negros, blancos y piel.

Porque son mucho más prácticos. Todas tenemos uno que otro sostén que nos encanta porque es muy lindo, pero en realidad lo usamos una vez cada tres meses porque no te va con nada.

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3. Nunca poder acordarte de tu talla, y si milagrosamente te acuerdas un día, ese es el día en que tu talla cambió.

Es que las tallas de sostén son complicadas y pierden todo tipo de sentido una vez que te los pruebas.

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4. Además si tienes una talla extraña (ya sea muy grande o muy pequeña) nunca hay sostenes para ti.

Porque la parecer no existen personas como nosotras, las triple A o las triple D.

LadyCat17

5. Los sostenes sin tiras, todos y cada uno de ellos.

Los sostenes sin tiras los tenemos todas, y los usamos literalmente nunca porque pareciera que tienen más aspiraciones de ser cinturones que sostenes.

AP/Emoji

6. Tener sostenes elegantísimos que se destruyen el segundo en que los metes a la lavadora.

No vengan con eso de “Pero todos saben que se lavan a mano” porque lo lamento, no todas tenemos tiempo para eso y el sostén que te compraste en el supermercado hace cinco años lo lavas ahí y queda perfecto.


7. Si tu sostén tiene cualquier diseño con encaje o similar, nunca vas a poder usarlo con poleras delgadas.

Que se note el encaje por encima de tu polera es lo peor porque parece como si tuvieras muchos pezones pequeños sobresaliendo de la tela, y considerando que esa es una de las razones por las cuales usamos sostenes, no tiene sentido hacerlo.


8. Te dejan con problemas de confianza.

Vas tranquilamente por tu vida cuando de repente sientes que te apuñalan en el pecho. ¿Qué es esto? ¿Que hice para merecerlo? Ese es el momento en que se sale la barba de tu sostén y pierdes todo tipo de confianza.


Esperamos ansiosas el día en que alguien decida crear sostenes más cómodos y prácticos, o mejor aún, que no los usemos más.

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