“Las elecciones musicales de las personas parecen ser un espejo de quienes son”.
De seguro ya sabías que tus gustos musicales tienen mucho que ver con tu personalidad. Pero un nuevo estudio revela que podría ir mucho más allá, relacionándolo a la manera en que funciona tu cerebro y pensamiento.
Investigadores de la Universidad de Cambridge publicaron en el periódico multidisciplinario PLOS One, un estudio en el que tomaron una muestra de 4.000 personas. Estas fueron seguidas y entrevistadas a través de una aplicación de Facebook. Les pidieron oír 50 canciones de diferente género y cada usuario debía evaluarlas. De esta manera, según ciertos criterios, se determinaban de a poco los hallazgos.
Acacia Brinley.
Este experimento tuvo como resultado la división de dos grupos grandes, entre las personas que participaron: los empáticos y los sistematizadores (aquellos con una mentalidad más analítica). Los primeros respondieron mayormente a música más emocional y melosa, desde el soul, rock suave, rhythm and blues y música contemporánea en general; mientras que los sistemarizadores a música más intensa y con mayor complejidad sonora, como lo puede ser el rock fuerte, heavy metal y punk.
“Los ’empatizadores’, que tienen una tendencia a comprender los pensamientos y sentimientos de otros, prefirieron música que tenía menor energía, emociones negativas (como tristeza) y profundidad emocional“, fue lo que estableció uno de los autores del estudio, David Greenberg. Por otro lado, aquellos más sistemáticos, eligieron música un poco más práctica en cierto sentido, y no demasiado ligada a las emociones.
Sports Power.
Uno busca música con la que se identifique, en las diversas maneras que nos expresamos y sentimos. Por lo que nunca nos gusta solo un estilo específico, pero sí entre estos, hay similitudes, como son las que se agruparon en este caso. Quizás no nos habíamos preguntado el por qué de esto, pero finalmente se relaciona totalmente con la manera en la que funciona nuestro cerebro, más allá de generar solo emociones.
Aoife Bell.
Claramente hay más personalidades y tipos de pensamiento, el tema es mucho más complejo. Pero este estudio da pie para profundizar en esta área, es un primer acercamiento. Estos resultados se pueden utilizar bastante, incluso tomando a la música para saber cómo motivar en ciertas áreas que sean necesarias, y utilizarla como terapia para ciertas personas, por ejemplo en casos de autismo
“Estos hallazgos no solo pueden ser útiles para clínicas en contextos terapéuticos, pero también puede ser útil para la industria musical y para las recomendaciones de música en plataformas como Pandora o Apple Music, entre otras“, agregó Greenberg. ¿Te imaginas? Una lista totalmente personalizada para optimizar lo que haces, o evocar emociones, pero ahora con base científica detrás. ¿Qué tal?