Por Irene Cereceda
24 October, 2016

“Cuchi cuchi”, “gordito”, “osito”…

Tenemos que ser sinceras. Todas alguna vez en nuestra vida hemos llamado con extraños y cursis apodos a nuestras parejas. Mi nivel de locura y cursilería llegó a un nivel mucho más grande e incluso he llegado a inventar una especie de nuevo vocabulario con mi novio que sólo nosotros podemos entender. Para muchos, estas actitudes pueden ser algo molestas y muy ‘cursis’. De hecho, varias parejas se avergüenzan de los apodos y tratan de no decirlos en público, pero – gracias a una investigación– ahora sabemos que las parejas que usan apodos amorosos son aquellas que tienen más éxito en su relación.

Según el estudio, las parejas que realizan esta acción generan un sentido de pertenencia y singularidad mucho mayor con respecto a aquellos que no lo hacen. Y esto, de alguna manera, le dice a nuestro cerebro que somos únicos para esa otra persona pues la forma en que se apodan es especial y sólo entre ellos.

Los apodos cursis además pueden ser considerados un reflejo involuntario que se da por el afecto que sentimos a esa otra persona. Así es que al final no es algo tan negativo y quizás deberíamos dejar de burlarnos.

Sin embargo, podemos estar de acuerdo que algunos apodos son realmente, realmente demasiado cursis…pero, ¿cada loco con su tema o no?

¿Llamas a tu pareja con apodos especiales?

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