Jamás se me habría ocurrido.
Todas podríamos estar de acuerdo en que la fiesta de graduación es uno de los momentos más importantes en la vida de una chica. No solo por el hecho de empezar una nueva etapa en tu vida e ir a preparatoria o a la universidad, sino porque tienes la oportunidad de vestirte como una princesa e ir con el chico que más te gusta para pasarlo de maravilla.
Pero a esta chica no le jugaba una buena pasada el destino, su padre estaba desempleado y su madre, con un único sueldo, tenía que mantenerla a ella y a sus cinco hermanos. Como la situación estaba tan difícil, no podía comprarse un vestido de graduación y probablemente no iría.
Le contó esto a Emily Moffitt, su amiga de 13 años, que se preocupó tanto que tuvo que pensar inmediatamente en un plan que le permitiera a ella poder ir a la fiesta sin problemas. Entró a la página web de su ciudad, Middletown, y publicó la historia para que las personas que pudieran, le donaran vestidos.
Tan buen recibimiento tuvo la iniciativa que recibió más de 167 y 100 más que van en camino. Además, según consignó ABC, un dueño de una tienda local les prestó el lugar para que más chicas con problemas similares fueran a ver las prendas (que incluyen donaciones de zapatos y joyas), y si llegan a necesitar arreglos, él se los hará gratis.
Qué buena iniciativa tuvo Emily, ojalá siempre se nos ocurrieran actividades similares para los que lo necesiten.