Algunos ocuparon asientos y otros prefirieron la escalera, pero siempre fueron muy educados.
Para todos aquellos que tienen mascotas y los tratan como si fueran sus hijos, un panorama típico familiar pero no permitido para animales se volvió realidad gracias a un cine en Brasil, que permitió que varios perritos acompañaran a sus dueños a ver una película.
Se trataba de la función de “Mis huellas a casa” un filme estadounidense que narra la historia de una perrita llamada Bella, quien debe recorrer más de 600 kilómetros para reencontrarse con su dueño Lucas, luego de que la expulsaran de su ciudad por una ordenanza que prohibía tener canes de raza pitbull.
¡Y qué mejor que ver esa película junto a tu perro!
Pensando justamente en ello, un cine de la ciudad de Sao Paulo quiso convertir el sueño en realidad y abrió sus puertas para que las personas pudieran ver la película en compañía de sus perros, aunque no sin antes habilitar una sala de forma especial para poder desarrollar la actividad sin inconvenientes.
Así que, con el piso cubierto de alfombras y varias bolsas disponibles para que hicieran sus necesidades, cerca de 180 canes llegaron junto a sus dueños a las salas del centro comercial Frei Canenca y presenciaron los 90 minutos que dura la cinta, manteniendo un comportamiento ejemplar, ya que no hubo destrozos ni peleas.
El único inconveniente que ocurrió, fue que la sala habilitada quedaba ubicada en un tercer piso y solo se podía llegar por un ascensor, así que varios dueños tuvieron que tomar en brazos a sus pesadas mascotas.
Pero más allá de eso… todo salió a la perfección.
¡Ojalá que otros cines en el mundo también se animen a hacerlo!