“Quiero que vivas y sufras como yo lo hice”.
“Acabo de dispararle a mis gemelas en la cabeza y ahora me dispararé yo”. Esa fue la escalofriante llamada que recibió el 911 para luego escuchar como cortaban de inmediato… pero el extraño y aterrador hombre había dado su dirección antes. Iban a salir en seguida hasta que el teléfono sonó de nuevo… era su esposa.
Anjum Coffland, de 46 años, fue la única que sobrevivió a esa horrible discusión familiar, pero no salió ilesa. Además de perder a su familia, su esposo Randall le disparó en las piernas y la dejó desangrándose en el suelo. No fue un descuido: la quería viva para que viera a sus hijas y a él sufrir y morir.
“Quiero que vivas y sufras como yo lo hice”.
-Randall Coffland-
Parece una película que uno no quisiera ver, pero fue una “venganza” real. Randall y Anjum estaban casados pero llevaban un tiempo viviendo separados. Eran de St. Charles, a una hora de Chicago.
Vivían en un condominio de lujo y en el momento del crimen eran los únicos cuatro en la casa: la pareja y las gemelas Britanny y Tiffany, de 16 años. Ellas y Randall fueron encontrados con un solo disparo de una pistola de 9mm en la frente. Randall tenía permiso para poseer el arma.
Los amigos de las adolescentes están shockeados, ya que habían escuchado a ambas quejarse de su situación familiar.
“Nunca pensé mucho en eso. Muchos adolescentes piensan que sus papás están locos. Ellas solo sentían que a nadie le importaba y nosotras, sus amigas de sus clases de inglés, intentábamos que se sintiera mejor y le demostrábamos que nos importaba”.
-Gabrielle Willaert- amiga de las gemelas.
Han pasado unos días y Anjum se encuentra estable en el hospital comunitario Delnor. Mientras tanto, recauda fondos para su recuperación y para el funeral de su familia.
Le mandamos nuestra fuerza y esperamos no tener que leer más historias así.