Por Josefina Pizarro
21 February, 2017

“Quiero que sepas, me encantan los animales”, le gritó al juez.

Odio, me causa repulsión ver el maltrato animal, en todas sus formas. Digo, ¿qué rayos pasa por la cabeza de las personas cuando están golpeando a un perro, cuando suben la mano con un cuchillo sobre un gato negro o cuando simplemente les da la gana grabar vídeos haciéndolo? ¿Qué tuvieron que vivir para llegar a ese nivel de maldad y crueldad contra los que no pueden hablar? Este hombre estaba ebrio y empezó a perseguir y golpear a su perro, el cual en un intento de escapar se metió en un ascensor. Continuó golpeándolo dentro y cuando vio que estaba siendo grabado, hace un gesto que indignó aún más a todos.

Un hombre que le dijo a un juez “amo a los animales” evitó ir a la cárcel luego de golpear a su perro en un ataque de media hora en estado de ebriedad.

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Richard Cheshire, de 34 años, fue capturado por las cámaras de vídeo de un ascensor pateando al perro antes de hacer un gesto que indignó a todos frente a la cámara.

Un testigo escuchó que el hombre lanzó a su mascota, llamada Pablo, por el suelo, le dio un golpe en la cabeza y le escupió durante el ataque en septiembre del año pasado.

Aquí el vídeo:

Pero evitó la cárcel después de ser entregado para servicio a la comunidad de 12 meses con el requisito de realizar 120 horas sin pagar y se le ordenó pagar 385 libras ($480 dólares aproximadamente) en costos judiciales.

Además le prohibieron tener animales de por vida, pero puede volver a aplicar para que se lo quiten en dos años.

Mientras le decían que no iría a la cárcel, gritó a los magistrados mientras salía de la corte: “Quiero que sepas, me encantan los animales”.

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El juez del caso, Rafe Turner, dijo que iniciaron una investigación después de que se le mostraran las imágenes del incidente.

La grabación, de 30 minutos, muestra a Cheshire medio desnudo abusando físicamente del perro, donde también le escupió, gritó y maldijo.

Turner dijo: Lo que es es que el perro fue arrojado por el suelo del rellano, lo golpeó al menos dos veces y le escupió”.

El perro en un intento de escapar corrió a un ascensor, pero Cheshire “claramente ebrio” continuó su ataque, incluso cuando el animal “se encogió y gimió”.

Y para rematar su mano con pulgar arriba, como si fuera un triunfo lo que logró.

Milagrosamente, Pablo no fue herido de gravedad y le darán un nuevo hogar.

El defensor de Cheshire dijo que este acogió a Pablo como un perro callejero una semana antes y que su cliente sufría de ansiedad y depresión y que usaba alcohol para hacer frente a sus problemas.

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Al final su defensor dijo: “Él tomó a ese perro, se preocupó por él, es un amante de los animales y le gustaría poseer una mascota de nuevo en el futuro”.

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