Su conclusión es evidente.
Desde tiempos muy remotos, el ser humano se ha dedicado a estudiar su propia naturaleza. Preguntas como ¿de dónde vengo?, ¿qué hago aquí?, ¿por qué tengo 2 pares de ojos, piernas, brazos?, han sido cuestionadas una y otra vez. Uno de los científicos que dedicó su vida al estudio de las expresiones humanas fue Guillaume-Benjamin-Amand Duchenne de Boulogne, cuyo nombre no volveremos a escribir completamente. En 1862 reveló su investigación llamado “El Mecanismo de la Expresión Facial Humana”. Estos son los resultados:
Guillaume-Benjamin recopiló una serie de fotos donde mostraba cómo funcionaban los músculos faciales en los hombres y las mujeres:
Según él, el lenguaje corporal es “el idioma universal que Dios le dio a la humanidad”.
Se sabe que Duchenne desarrolló una serie de técnicas terapéuticas que incluían ligeros choques eléctricos indoloros en puntos específicos del rostro, más que nada para estimular sus movimientos.
Aquí un clarísimo ejemplo:
El hombre que aparece casi en todas estas fotos se llama Adrien Tourachon, el hermano del fotógrafo Nadar, quien decidió ayudarlo en su experimento.
Se captaron expresiones algo agresivas y terroríficas de ver.
Pero, realmente estas son las expresiones en todo su resplandor:
Muy interesante:
Estas fotos se encuentran en el Museo de Arte Metropolitana de Francia:
Digamos que hoy en día la ciencia ya no es tan “expresiva” o indiscreta como estas fotos:
El científico descubrió también que la sonrisa humana revela más una mentira, que si la dices.
Duchenne describió asimismo varias formas de parálisis saturnina y de parálisis facial:
También se captaron sonrisas:
Las emociones y expresiones reales:
Nos dan para reflexionar lo que Duchenne siempre pensó:
Definitivamente, este es nuestro idioma universal, sin decir ni una palabra:
¡Bizarro!
También hubo mujeres que apreciaron su trabajo y lo ayudaron en esta investigación:
Este es Duchene al lado de Adrien Tourachon.
