“Si hubiésemos sabido del problema, la perra estaría viva. El clima fue tan frío esos días y Tori fue abandonada en un área donde usualmente no hay gente… “.
Oksana y Alexander Urusov, un matrimonio ruso, habían planeado sus vacaciones en detalle. Compraron pasajes a Alemania, dejaron a los niños con sus abuelos y se llevarían a Tori, su fiel y adorable mascota, con ellos. Sin embargo, al llegar al aeropuerto, la aerolínea apuntó que no habían hecho el papeleo correspondiente y amablemente ofrecieron posponer el vuelo un día, para que la pareja pudiera dejar a su mascota con algún amigo.
El matrimonio, luego de discutirlo, declaró que no era necesario y el Sr. Urusov salió del aeropuerto con la perra tras él. Después de varios minutos regresó solo y le dijo al personal que lo había dejado con un amigo.
Tori fue encontrada tres días después en un lugar no transitado del aeropuerto.
Había muerto congelada.
Porque siempre se puede ser más horrible, la pareja reportó la perdida del animal después de volver de Hamburgo y sólo porque sus hijos estaban desconsolados:
“Estamos buscando a nuestra pequeña perra. Es blanca con mechones anaranjados. Nuestros niños no dejan de llorar. ¿Puedes ayudarnos? Pagamos una recompensa”.
Dmitry Tyukhtin, representante del aeropuerto de Koltsov en Yekaretinburg, criticó a los dueños por no buscar ayuda en el mismo aeropuerto:
“Si hubiésemos sabido del problema, la perra estaría viva. El clima fue tan frío esos días y Tori fue abandonada en un área donde usualmente no hay gente. Si hubiese estado cerca o en el terminal, habría sido rescatada”.
El pueblo ruso está decidido a que estos individuos paguen por este horrible acto de crueldad y han comenzado a reunir firmas para llevarlos ante la justicia.
¿Cómo se puede ser tan cruel?