Por Monserrat Fuentes
26 July, 2019

Lo que se ve como un inocente juego para niños, puede poner en riesgo la vida de los menores.

A los niños pequeños les encantan los columpios y la adrenalina que este provoca, recuerdo que cuando era pequeña unas de las cosas más me gustaba hacer era hacer girar el columpio, retorcer las cadenas o cuerdas hasta más no poder y luego girar a toda velocidad.

Pero, lo que parece una simple actividad y diversión para los pequeños de la casa, puede convertirse en una grave lesión cerebral.

Pixabay

Rebecca Jordan publicó en Facebook lo que le ocurrió a su hijo mientras daba vueltas en su columpio circular, también conocidos como nido, con la cabeza echada hacia atrás.

El niño se encontraba jugando con algunos amigos y entre todos le ayudaron a enrollar las cuerdas para dar vueltas a toda velocidad, todo fue diversión hasta que el pequeño se levantó del columpio y cayó desmayado al instante.

Rebecca Jordan/Facebook

Se desplomó y tenía dificultades para respirar, mientras se quejaba alegando que le dolía mucho la cabeza. Los otros niños corrieron a avisarle a Rebecca, ella y su marido acudieron en socorro del pequeño y se encontraron con una increíble sorpresa: tenía la parte superior de la cabeza de un fuerte color rojo, como si hubiese pasado hora bajo un sol abrasivo, además tenía la piel del rostro llega de manchitas rojas, incluyendo los globos oculares.

Rebecca Jordan/Facebook
Rebecca Jordan/Facebook

“Estábamos preocupados por una posible lesión cerebral, así que fuimos a la sala de emergencias”, escribió Jordan en Facebook. “Ten en cuenta que en realidad nunca se golpeó la cabeza, esto fue solo por la fuerza centrífuga que tiraba mientras giraba en el columpio”.

En la sala de urgencias quedaron sorprendidos, el personal pensó que se había pintado la cabeza con un aerosol porque nunca antes habían visto ese tipo de hematomas. Le hicieron exámenes y afortunadamente no había daño cerebral, no tuvo inflamación ni lesiones internas.

Rebecca Jordan/Facebook
Rebecca Jordan/Facebook

El pequeño tuvo mucha suerte, ya que la fuerza centrífuga pudo haber causado un daño mayor.

Puede interesarte