Por Cristofer García
3 February, 2023

“Me sentí muy agradecida, pero también muy avergonzada de tener treinta y tantos años y seguir recibiendo limosnas”, dijo Lucy Johnstone.

Lo que se espera de cada hijo es que luego de su crianza, puedan desarrollarse y convertirse en adultos independientes de bien, como se lo han enseñado en casa sus padres. De esta forma pueden formar sus propias familias y finalmente salir del nido. Sin embargo, no todos los casos son iguales y algunos prefieren seguir viviendo bajo el techo de mamá.

Si bien existen ciudades donde quizás la situación económica no es la más óptima para que un adulto joven pueda separarse de sus padres y emprender su propia vida, también ocasiones donde la propia persona prefiere seguir siendo atendido por su mamá, como ocurrió con este caso extremo.

Lucy Johnstone

Se trata de Lucy Johnstone, una mujer de 34 años de edad de Otley, West York, Inglaterra, quien a pesar de estar casada y tener una hija, sigue recibiendo una mensualidad de su madre, Alexandra Conroy Harris, de 56 años. Y es que, desde la llegada de su bebé, la abuela le ha estado dando un aporte mensual a su hija de 1,200 libras esterlinas (1.400 dólares), para que cuide bien de su hija.

Lucy vio nacer a su pequeña Heather junto a su esposo Matthew, de 36 años, en el mes de abril del año pasado. Sin embargo, la situación económica de ambos no ha sido buena y le pidieron ayudar a la abuela para que les de una mesada.

“El precio de nuestra vida diaria ha subido tanto y encontrar el dinero para cubrir todo ha sido imposible. Mamá sabía que estábamos realmente preocupados porque habíamos hablado sobre el aumento de las facturas”, dijo Lucy, según reseñó The Sun.

Lucy Johnstone

“Sé que algunas personas pensarán que estamos muy malcriados y sé que somos increíblemente afortunados, pero lo que mamá nos da no es un lujo. No lo estamos usando para irnos de vacaciones o comprar ropa cara o hacernos tratamientos de belleza. Lo estamos haciendo para pagar la comida y las facturas y para mantener nuestra casa”, agregó.

La abuela se tomó esta molestia para que su hija no tuviera que regresar tan pronto a trabajar y así aprovechara el tiempo con su hija recién nacida. “Dijo que quería ayudar para que yo pudiera pasar más tiempo con Heather. Sabía que no recuperaría esos primeros meses“, contó Lucy.

Lucy Johnstone

“Me sentí muy agradecida, pero también muy avergonzada de tener treinta y tantos años y seguir recibiendo limosnas. Se ofreció a darnos dinero todos los meses sin presión para devolver nada. Es tan frustrante que Matthew y yo no podamos valernos por nosotros mismos cuando ambos trabajamos duro”, añadió.

Aunque es un gran sacrificio, la abuela está orgullosa de poder ayudar a su hija y nieta. “Era obvio que Lucy y Matthew necesitaban ayuda financiera y pude ver lo difíciles que eran para ellos. Nos sentimos afortunados de poder ofrecerles apoyo financiero en su lugar“, dijo.

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