“A mí me faltan aún 20 cuadras para acabar mi jornada pero me acuerdo de mi hija y no hay nada que me detenga”, dijo Nancy.
Las mamás son capaces de cualquier cosa con tal de cuidar a sus hijos/as, de que tengan buena salud y reciban una buena educación. No siempre existen los recursos para ir a una buena escuela, así que algunas mamás se ven obligadas a salir a la calle a trabajar en lo que sea para reunir dinero mes a mes.
Nancy trabaja en la calle andahuaylas en Perú todas las madrugadas recogiendo basura. Aunque no es el trabajo ideal y requiere un esfuerzo sobre humano a veces, Nancy insiste en hacer su trabajo lo mejor posible para poder pagar la universidad de su hija.
“A mi hija le falta menos de un año para acabar la universidad. Administración estudia ella. Es buena, inteligente y con ganas de trabajar. A mí me faltan aún 20 cuadras para acabar mi jornada pero me acuerdo de mi hija y no hay nada que me detenga”, contó la mujer al Proyecto Volver, quienes compartieron su historia en Facebook.
“Conocí a Nancy justo cuando se disponía a tomar un receso y un café. Debo decir que me dió una lección muy grande esa noche. Su sonrisa era sacada de otra realidad y su corazón tan puro como el de una niña”, escribió el periodista que se encontró con ella esa noche.
Sin duda que la perseverancia de Nancy y el infinito amor por su hija son un ejemplo a seguir, y una muestra de que siguen existiendo personas con buenas intenciones y buen corazón en este mundo.