Ellas se sentían empoderadas y hasta hermosas así. Los hombres se volvían locos al verlos.
El “pie de loto” fue una tradición China que consistía en fracturarle los pies a una menor de edad y doblárselo para que, de tal manera, pudiera entrar en un pequeño zapato. Se cree que todo comenzó con las bailarinas de la corte en la Dinastía Song, la clase alta lo imitó, los hombres lo encontraron atractivo y así fue como se popularizó en el país.
Su práctica finalmente fue prohibida en 1949, cuando el partido comunista llegó al poder.
Desde entonces, las mujeres intentaban ocultarlo y hasta, algunas sentían vergüenza de poseerlos.
Jo Farrell es una fotógrafa que ha estado buscando estas últimas sobrevivientes, que hoy tienen entre 80 y 75 años, para inmortalizarlas.
No fue fácil, gran parte de estas mujeres había fallecido. En 2005, mientras viajaba en taxi, el conductor le escuchó decir “pie de loto” y le dijo que su abuela tenía unos.
“La primera vez que conocí a Zhang Yun Ying y sostuve su pie en mi mano fue increíble, tan suave e increíblemente formado”, confesó la fotógrafa.
Gracias a pequeñas conversaciones, se percató que muchas abuelas tenían este tipo de pie.
En el pasado, las mujeres sólo revelaban esta parte en la intimidad con sus esposos. Este era otro de los miedo de Farrell, ya que no querrían revelarles sus “pies de loto”.
Sin embargo, se topó con otro panorama.
“A su edad, es fácil para ellos sentirse abandonadas. Tal vez (desnudan sus pies) porque mi proyecto les hace sentir que son útiles de nuevo“, explicó Jo.
La autora también comentó que esta costumbre “empoderaba a las mujeres” y “les proporcionaba una vida mejor“.
Vendar los pies era símbolo de que sus esposas podían soportar el dolor y, gracias a este enunciado, “no se quejarían como esposas”.
El proceso comenzaba entre los 2 a 5 años. Se lavaba el pie en agua caliente con diferentes ingredientes, entre ellos sangre animal, para ablandar el pie.
Se cortaban las uñas totalmente para que, al crecer, no perforarán la planta.