“Es muy importante que protejamos los progresos que hemos podido hacer aquí en el Reino Unido (en cuanto a la pandemia)”, dijo el ministro de Sanidad Matt Hancock. Esperan retomar los viajes a mediados de mayo.
Ya ha pasado más de un año desde que el coronavirus fue declarado como una pandemia y muchos países están sufriendo un rebrote de contagios. Por esa razón, Reino Unido ha decidido tomar una medida drástica para evitar que su población no resulte tan afectada por la tercera ola de infección, la cual ha comenzado a evidenciarse.
Una de la causas que ha incrementado los casos positivos de COVID-19 a nivel mundial ha sido los viajes entre países, porque los vuelos funcionan como un ambiente perfecto para que el virus pueda propagarse entre pasajeros. Además, están quienes llevan la enfermedad de un país a otro sin darse cuenta.

Para evitar que esto siga sucediendo, el ministro de Sanidad británico, Matt Hancock, anunció que impondrán una multa de 5.000 libras esterlinas (6.900 dólares, 5.800 euros) a todos sus residentes que viajen al extranjero con motivos de vacaciones, desde este mes de marzo hasta finales de junio.
“Es muy importante que protejamos los progresos que hemos podido hacer aquí en el Reino Unido“, dijo el ministro a Sky News.

Esta medida, además, llega en medio del surgimiento de nuevas cepas de este virus en distintos países. Parece prudente para el gobierno británico endurecer el control fronterizo aunque destacaron que planean revisar la medida en los meses siguientes y esperan poder retomar los vuelos a medidos de mayo.

“La fecha más temprana en la que podríamos permitir los viajes internacionales (…) es el 17 de mayo. Eso no ha cambiado”, dijo Hancock a Sky News, según reseñó Reuters.

De acuerdo a esta agencia inglesa, esta legislación destaca que nadie puede “salir de Inglaterra para viajar a un destino fuera del Reino Unido, o viajar a un punto de embarque o estar presente en él con el fin de viajar desde allí a un destino fuera del Reino Unido“.