Tom Hanks no habría sobrevivido sin su Wilson.
Una buena película de supervivencia nos puede hacer sentir como si estuviésemos en una isla desierta sin nada que comer, aunque estemos en la comodidad de nuestro sofá zampándonos las cabritas de caramelo. Filmes donde el o los protagonistas sufren hasta el desquicio hay muchas. Están quienes tienen que sobrevivir a un mundo post apocalíptico, quienes lo hacen en el espacio y quienes logran salir adelante en historias sobre genocidios humanos, pero en esta ocasión nos vamos a enfocar en la salvaje naturaleza.