Porque los años solo suman experiencias, no te pierdas nada.

Muchas dolencias en el cuerpo se reflejan en heridas visibles y quejidos de dolor muy audibles, pero existen males que se sufren en silencio. Y uno de ellos es la incontinencia urinaria, vista a veces como un problema menor. Pero quienes viven este problema saben que es un tema muy delicado, que afecta a varios tipos de personas y causa muchos malestares.

Pero la verdad es que existen muchas voces y muchos mensajes de superación de personas afectadas por este problema. Y, por supuesto, también existen herramientas para enfrentarlo y vencerlo.

1. “Por un momento, pensé que tenía un tumor”

Cuando ya pasaste los 40 años y empiezas a sentir dolor al orinar, se suelen encender las alarmas. Y ya que soy una persona bastante celosa de mi salud, pensé que mi problema podría ser algo grave: después de hacer mis necesidades, me volvía a orinar encima y, con el tiempo, me dolía.

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Por un momento, pensé que podía tener un tumor. Pero en realidad tenía una próstata agrandada, y eso me provocó una incontinencia urinaria por rebosamiento (que hace con que no vacíes tu vejiga al orinar y no puedas controlar la salida del resto) y, con eso, infecciones. Si tienes lo mismo, no temas: puede ser algo similar a lo que yo tuve y, con tranquilidad, podrás enfrentar este problema como yo lo estoy haciendo.

Juan Manuel, 55 años


2. “¿Acaso tendría que dejar de practicar mis ejercicios?”

Yo practico crossfit y necesito consumir mucha agua porque sudo mucho con mis ejercicios. Pero, después de ir al baño, acababa orinando más de lo que debería y acababa deshidratándome. Entonces, descubrí que sufro de incontinencia imperiosa – que te provoca micción excesiva cuando orinas.

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Entonces, me pregunté: ¿acaso podré seguir con la intensidad de mi entrenamiento? ¿O acaso tendré que dejar el crossfit, que me encanta y mejoró tanto mi bienestar? Pero descubrí que existe una forma de enfrentar ese problema con la dieta: seguí tomando agua (pero en varias dosis de no más de 200 ml), dejé los frutos cítricos, las bebidas gaseosas, la cafeína y los condimentos. ¡Nunca pensé que esos cambios me ayudarían tanto!

María José, 28 años


3. “Sufrí la falta de tacto de médicos cuando estaba dando a luz”

Durante el embarazo de mi primer hijo descubrí que sufro de incontinencia urinaria de esfuerzo y tomé mucho cuidado al momento del parto. En vez de ser tranquilo y calmado, todo fue difícil porque me decían que no sabía empujar, que no sabía respirar al momento de hacer el esfuerzo… Fue una experiencia estresante. Y no te sientas sola si te pasa eso, porque es más normal de lo que pueda parecer.

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Y tras algunas consultas con un urólogo, finalmente tengo un hábito de ejercicios del suelo pélvico y enfrento bien mi incontinencia. Tan bien me ha ido, que tuve otro hijo por la vía normal… y logré vencer el estrés del recuerdo del primer parto, ¡porque el segundo fue perfecto!

Camila, 37 años


4. “Me preocupaba mucho la idea de quedarme en una silla”

Durante algunos años, enfrenté mi incontinencia urinaria con medicamentos. Sin embargo, llegué a un punto en que se me hizo más difícil controlar el problema. Entonces, pasé a ocupar pañales geriátricos hasta que surgió otro inconveniente: comencé a sufrir dermatitis con el pañal que estaba usando. Pensé que el problema se escaparía de control…

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Entonces, necesitaba una alternativa. Y como soy una persona activa, me di cuenta de que este problema podría ser algo muy serio para mi vida y me preocupaba muchísimo la idea de tener que quedarme en una silla. Pero encontré una alternativa mejor que cualquier pañal: la ropa interior desechable. ¡Y solucioné mi problema!

Ida, 76 años

Y además de saber que existen muchas personas que también han pasado por este problema, lo han enfrentado y han superado sus consecuencias, también debes saber que existen más (y mejores) soluciones de lo que crees. Porque Plenitud ofrece la mejor de todas: la ropa interior desechable. En vez de usar voluminosos pañales, la ropa de interior desechable te ofrecerá mayor absorción, comodidad y un gran arma contra la incontinencia. Prepárate para decir adiós a los males de la incontinencia.