No solo no pudieron esconder su belleza, nos enamoraron así de horrendos.
A veces los expertos en cine hacen un trabajo espectacular ocultando los rasgos hermosos de algunos actores. Tanto así que no los llegamos a reconocer y ni siquiera podemos imaginarnos cómo son fuera de este papel. Sin embargo, hay otras ocasiones en que ni eso logra hacer que nos desliguemos de la belleza de los famosos.
1.¿Quieres ser John Malkovich?
El único intento de hacer de Cameron Díaz alguien poco agraciado la hizo conocida en todo el mundo. Así que aunque no lograron el cometido muy bien, le ayudó bastante en su carrera.

2. Harry Potter
Aunque el personaje del libro no describe demasiado a este personaje, Warner quiso retratar a la pequeña Hermione como poco agraciada. Pero todos sabíamos que debajo de ese cabello estaba la joven más hermosa de todas.

3. El diario de la princesa
Anne Hathaway no pudo esconderse con esos anteojos y pelo estilo afro. Sabíamos que era una chica preciosa.

4. Ella es así
Esa jardinera y anteojos no eran capaces de mostrarnos a una Rachel L. Cook horrenda. Lo siento, no lo lograron.

5. Love Actually
Natalie se suponía que debía ser la secretaria pasada del peso del Primer Ministro, pero no estaba ni pasada de peso ni fea. Natalie (Martine McCutcheon) fue la más hermosa de la película.

6. Tropic Thunder
Tom Cruise debía ser el gordo, miope y feo de la película, pero aún así notábamos demasiado su disfraz.

7. La chica del tren
Emily Blunt no puede esconder su belleza, porque ni siquiera su cara de alcohólica, labios secos y cabello despeinado lo lograron.

8. Kalifornia
Brad Pitt debía ser el asesino en serie más loco y desalineado de todos. Mmm, dudo que así lo hayamos visto en el cine.

9. Miss Simpatía
Sandra Bullock sí parecía una agente especial del FBI poco agraciada, pero su figura perfecta y mentón no escondían muy bien su aspecto.

10. Sabrina
Audrey Hepburn es una de las bellezas del cine más clásicas que hay, por eso cuando tuvo que interpretar a Sabrina, joven fea y poco querida por los hombres, no nos creímos el cuento. Lo siento.
