Me hizo odiar un poco menos la saga.
Todo esto comenzó con la primera película de ciencia ficción en 1968 y desde ahí que no nos hemos acostumbrado a ver a simios encima de caballos desde que se creó la franquicia de “El Planeta de los Simios”. Y en serio, ¿!monos encima de caballos!? Yo todavía no puedo con eso.
Y por eso mismo ir a ver la novena de las cintas no me podía llamar menos la atención. Realmente creo innecesario que tengan que hacer tantas después de que ya nos quedó completamente clara la historia y aún así siempre volvemos por más. Quizás tengamos que empezar a cuestionarnos a nosotros mismo. ¡Ayuda!
Sin embargo, me di cuenta que esta nueva entrega, a cargo del director Matt Reeves, está lejos de ser lo que esperábamos los espectadores. Preparado para sufrir dos horas enteras en mi cojín frente al televisor, me lleve una sensación contraria…y aunque me cueste admitirlo…inesperada.
Primero, la trama comienza con un planeta en el que los simios son víctimas. ¿Qué? ¿Simios víctimas?, sí, a diferencia de las demás que hemos visto (lamentablemente y no sé por qué) los primates son catalogados como buenos apenas comienzan los primeros 10 minutos de la película.
¿Eso es verosímil? Bueno, les diré que bastante. Ya que este giro llama la atención porque convierte esta entrega en una de las más alejadas de la franquicia posible y ese esfuerzo se valora.
Nos hace cuestionarnos si realmente los humanos merecen vivir en este mundo. Las imágenes de un terrible salvajismo por parte de los soldados hacia los monos o las escenas en las que ellos intentan escapar de las “garras” del ejército, son desgarradoras. Y te hacen tomar el bando de los simios en apenas la mitad de la cinta.
Sin embargo, algunos podrían decir que, como buena película de acción a esta le hace falta mucha pelea o sangre. Y es cierto, porque solo tiene una escena al principio del filme en el que ambos bandos en guerra luchan. Si no fuera por eso, muchos fanáticos habrían salido decepcionados, aunque quizás lo hicieron de todos modos.
Sus efectos digitales son impresionantes (sientes que el simio se te tirará encima en cualquier momento) y tiene un trabajo emocional con el espectador que podría dejarte con depresión por la raza humana. Pero, claro, no es ninguna obra maestra ni tampoco merecedora de un Oscar, no se emocionen.
Si eres fanático de esta saga, te gustará. Si la odias como yo, quizás su sentimiento negativo hacia ella baje. PD: Aún sigue siendo raro ver a simios encima de caballos.
