Una historia inspiradora.
Romina Pitton llevaba meses plateando su día soñado. Había invitado a todos sus seres queridos y hasta se las había arreglado para tener a su perra, Regina, en la ceremonia. No podía imaginar que el hombre que había jurado amarla para siempre la dejaría sólo semanas antes del matrimonio. En lugar de deprimirse, como lo haríamos todos, esta psicóloga de San Lorenzo decidió “casarse sola” y celebrar la fiesta respectiva.
Hasta Regina fue vestida con total elegancia.
Ya tenía el vestido, el salón, fecha e invitaciones enviadas, así que, según ella, no tenía porqué no celebrarlo.
Su perrita fue la estrella de la fiesta.
“Regina es cariñosa en los momentos más tristes. Le encanta usar vestidos y estaba muy contenta”.
-Pitton a The Dodo-
“Mi divina”, como Romina llama a su perra, no fue la única en llegar, por supuesto. Todos sus seres queridos llegaron a apoyarla y a nadie pareció importarle que Romina caminara hacia el altar sólo con Regina.
Del novio ni luces. Y tanto mejor.
En Facebook escribió:
“Gracias por todo el cariño de la gente que me llama todo el tiempo y está conmigo, sigo feliz por haber llevado adelante mi fiesta a pesar del novio”.