Lo recogió cuando apenas tenía dos meses de vida y desde entonces, se han vuelto inseparables. Por eso, ha acondicionado su bicicleta para que Fredy viaje cómodamente mientras reparten comida.
Hace algunos meses, te contamos sobre un repartidor de aplicaciones de comida que trabajaba por las calles de La Rioja, Argentina, acompañado de su perrito en un carrito. Si bien hasta ese momento, su historia era poco conocida, hoy sabemos más sobre Alejandro Rochi y su mascota Fredy.
Llamando la atención de los ciudadanos y llenando de alegría a la gente que recibe sus pedidos, es como Alejandro y Fredy se han vuelto tan populares. Un particular carrito amarrado a la bicicleta y una historia de viajes por Latinoamérica, completan esta genuina amistad.
Alejandro Rochi Páez siempre ha sido un joven con un gran espíritu aventurero. De hecho, hace unos años, decidió dejar su trabajo y emprender en una aventura de mochilero, donde pasó por países como Ecuador, Chile, Colombia y Brasil.
Fue en ese último país, Brasil, en donde Alejandro encontraría a ese compañero de ruta que por tanto tiempo —sin saberlo— necesitó. Caminaba por las calles de São Luís do Maranhão, cuando notó que alguien había dejado una caja con unos cachorros, entre ellos su querido Fredy.
Los pequeños, según cuenta Alejandro a RT, estaban en condiciones devastadores, llenos de pulgas y garrapatas, con dos meses de vida ya habían sufrido demasiado.
Un vecino del sector, se acercó a Alejandro y se comprometió a ayudar a dos de los cachorros, pero aún quedaba uno cuyo destino era incierto. Sin pensarlo dos veces, el joven repartidor se comprometió y le brindó su ayuda pese a todos los planes que tenía por seguir.
En solo unas semanas, el cachorro ya estaba completamente sano y Alejandro lo bautizó con el nombre de Fredy. Fue allí donde supo que serían inseparables.
Un fiel compañero de trabajo
Una vez que Fredy, su perrito, ya era parte completamente de su vida, Alejandro se dio cuenta que no podía dejarlo solo mientras cumplía sus labores de repartidor, así que acondicionó su bicicleta y comenzó a llevarlo a todas partes.
Con una canasta de mercado, Alejandro creó un pequeño espacio para su peludo amigo y con una especie de carpa, lo ayudaba a protegerse del sol o de la lluvia.
“Le hago una señal y se levanta para acomodarse en el colchón. Está capacitado para viajar porque lo ha estado haciendo durante tres meses. Es tranquilo y obediente”, explicó Alejandro.
Después de un tiempo en Brasil, la dupla regresó a Argentina y no han dejado de robarse las miradas de la gente desde entonces. Con la llegada de la pandemia, Alejandro tuvo más trabajo y más salidas para estar acompañado por Fredy.
De hecho, tuvo que agregar un nuevo cochecito y un neumático adicional para un mejor equilibrio de peso luego de que Fredy ya creció a tamaño adulto.
Cada vez que los clientes ven a Alejandro llevar con este lindo perrito, sus ojos brillan y esa es la mejor de las recompensas.
¡Son todas unas celebridades!