Por Antonio Rosselot
17 December, 2019

Según los investigadores del Instituto Neuromed (Italia), consumir chiles por lo menos 4 veces a la semana reduce en 1/3 el riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares.

Amado por unos y odiado por otros, el chile picante es uno de los ingredientes que más dan que hablar en el mundo culinario. Capaz de hacerte picar absolutamente TODO lo que se te ocurra cuando lo comes (no entraremos en detalles), es un ingrediente que, bien administrado, puede darle un tremendo golpe de sabor y personalidad a tu platillo.

Sin embargo, la magia del chile es que también tiene propiedades que hacen muy bien al cuerpo. Y de hecho, según un reciente estudio hecho en Italia, el consumo regular de chiles reduce tus riesgos de muerte por enfermedades coronarias o ataques cerebrales.

El equipo de investigación, liderado por la epidemióloga Marialaura Bonaccio del Instituto Neuromed (Italia), recolectó información desde el 2005 al 2010 de 22.811 hombres y mujeres residentes de la región montañosa de Molise, ubicada al sur de la península itálica.

Los chiles —conocidos allá como peperoncini— son parte íntegra de la dieta mediterránea, una de las más completas del globo: vegetales, granos, legumbres, carnes de todo tipo, vino, huevos, etc. Este antecedente sirvió a los investigadores para darse cuenta de que, independiente del tipo de dieta que seguía cada persona, los chiles sí hacen la diferencia.

El consumo regular de chiles —al menos 4 veces por semana— estaba vinculado a una disminución del 23% de riesgo de muerte por cualquier causa, comparada con aquellos que rara vez o derechamente nunca consumen chiles. Además, aquellos que sí lo consumen tienen un 34% menos de probabilidades de morir por alguna afección cardiovascular.

De todas maneras, este estudio es de carácter observatorio, por lo que sus resultados requieren de una mayor precisión de estudio. El esfuerzo del equipo de investigadores ahora se enfocará en aquellos componentes del chile que puedan resultar beneficiosos para la salud —como la capsaicina—, pero eso no significa que los profesionales recomienden aumentar su consumo.

“Las dietas no deberían ser tratadas como drogas. No deberíamos hablar en cuanto a cantidades diarias, como si habláramos de drogas, sino que nuestro esfuerzo debería enfocarse en promover un estilo de vida saludable que comience con la dieta. Deberíamos alentar a la gente que consume chiles a seguir haciéndolo, ya que ahora hay evidencia científica para esto. La moderación es una característica importante en la dieta mediterránea; si a alguna persona no le gusta el chile, bueno, entonces sólo debería seguir una dieta mediterránea sana”.

Cuerpo de investigadores del estudio a Newsweek

¿Y cómo nos impacta eso a nosotros, hispanoamericanos? Increíble: en lo personal, no hay nada mejor que una buena comida con la cantidad precisa de chile. Ya saben, mientras más pique, ¡mejor nos hace!