Por Luis Aranguren
4 February, 2022

El momento quedó captado por las cámaras de seguridad, cuando entre lágrimas y agradecida la mujer llevaba su alimento a casa.

Las buenas acciones vienen de donde menos lo esperamos, lo importante, es que cuando las veamos nos inspiremos a replicarlas en la medida de lo posible. Ayudar es algo bueno y no porque esperemos nada a cambio, con hacer la vida de alguien un poco menos difícil seguro que bastará.

En este caso, una mujer ayudó a otra de forma inesperada cuando estaba en la caja de un supermercado pagado y su tarjeta no pasó por completo.

TikTok / infamouserinn

Antes de comenzar a sacar productos para devolverlos, la amable extraña le dio al cajero su tarjeta de crédito para que pagara la compra. En ese momento la mujer que compraba, sorprendida respondió: “¿Es en serio?”, pues no podía creer lo que estaba pasando en ese momento.

De inmediato las lágrimas de felicidad comenzaron a brotar de sus ojos, le era difícil contener la emoción de un acto tan bondadoso. Muchos creerán que es un gesto simple, pero esta mujer estaba en el mercado y la comida podía ser para su familia, no llevarla iba a ser algo duro.

TikTok / infamouserinn

En verdad se nota en el video que estaba avergonzada y agradecida, tal vez esperando que su vida mejore para devolver el favor ayudando a otra persona que lo necesite.

La extraña que pagó la compra no quería nada a cambio, solo dio su tarjeta y siguió de largo con su vida, no necesitaba grandes agradecimientos por ayudar. El video compartido en TikTok por @infamouserinn ha logrado superar los 2 millones de likes, y muchos comentarios felicitando a esta mujer amable que mejoró la vida de otra mujer.

TikTok / infamouserinn

“Si todos fuéramos un poco así sería un mundo mejor, porque nadie sabe lo que pasamos en el día a día Dios los bendiga a todos”, escribió una usuaria conmovida. “Cuando estaba un poco corta con mi bebé recién nacido, tuve muy buenas amigas que nunca olvidaré por su gesto”, escribió una madre pensando en lo duro de su pasado.

La verdadera lección acá es que lo bueno llega cuando menos lo esperamos, las personas son más buenas de lo que muchos pueden creer y para estar de acuerdo con eso, los buenos tenemos que ser siempre nosotros.