Por Lucas Rodríguez
26 August, 2019

El día de apertura vino acompañado de sindicalistas y protestas, además, de personas que se demoraron demasiado cuando les tocó pagar sus mercaderías.

El supermercado es un fenómeno muy particular. Es un lugar donde podemos encontrar prácticamente todo lo que necesitamos, facilitando muchísimo las compras de enseres y productos para el hogar en relación a cómo era en el pasado. Pero al mismo tiempo, nadie disfrutando entrando en ellos. Por alguna razón, nadie nunca se ha preocupado de convertirlos en un espacio agradable. Son demasiado iluminados y algo opresivos, por lo que son el equilibrio fascinante entre eficiencia y desagrado, lo que más necesitamos viviendo codo a codo con algo que realmente no queremos hacer. 

Pero si hay una cosa que tenemos seguridad, es que este lugar no va a desaparecer. Solo irán cambiando, adaptándose a los tiempos que corren. O al menos, intentándolo.

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Uno de los cambios que ya estamos empezando a ver, es el cambio en las maneras en que pagamos los productos que vamos adquiriendo. Estamos acostumbrados a juntar nuestras compras y llevarlas a un extremo, donde un cajero nos ayudará a valorizarlas, cosa de que podamos pagar el precio que valen. Poco a poco hemos visto como esto va quedando en el pasado, con la introducción de los cajeros automáticos, que la verdad es que no tienen tanto de automáticos como de manuales. 

Por el momento son una opción: todavía hay cajas manejadas por personas junto con las de uso automático. Pero si el experimento llevado a cabo en Francia hubiera resultado un poco mejor, ya estaríamos contando los días hasta que dejen de existir los cajeros manejados por personas.

Ubicado en la ciudad de Angers por la cadena de supermercados Casino, el primer supermercado cien por ciento automático tuvo su primer día de funcionamiento el domingo recién pasado. Algunos estaban escépticos sobre lo que significaría. Otros no estaban de acuerdo con que se hubieran reemplazado puestos de trabajo por máquinas. Pero nadie se esperaba que un supermercado con solo 7 empleados se transformara en un literal, campo de batalla. 

AFP

A pesar de que ese primer día no fue el éxito que esperaban, los dueños del supermercado tienen esperanzas de que su experimento es un primer paso en la dirección correcta. La llegada de la automatización es un hecho, por lo que depende de nosotros cómo nos adaptamos a ella. No vale la pena perder el tiempo tratando de patalear contra algo que cambiará la manera en que compramos y vendemos cosas. 

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Esperemos que las próximas oportunidades resulten mejores que esta.