Su negocio hoy en día seguramente vale mucho más que varias empresas que le cerraron la puerta.
Me encantan los finales felices, y es que sabemos que las personas pueden ser muy crueles más en un entorno laboral, pero existen distintas formas de afrontar el rechazo, sentarse a llorar, o secarnos las lágrimas y trazarnos nuevas metas.
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Collette Divitto (32 años) es el ejemplo perfecto de superación personal, la oriunda de Boston (Estados Unidos) tiene síndrome de Down, pero su condición nunca fue un obstáculo para soñar, en 2013 se graduó en la Universidad de Clemson Carolina del Sur.
Sin embargo, poco pudo hacer con su título, “no encajas con el perfil” fue la frase más escuchada por la joven que acudió a muchas entrevistas, y siempre fue rechazada. Ante las crisis surgen oportunidades dicen, tras no conseguir ningún trabajo persiguió un nuevo sueño: ser repostera.
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Collette tenía talento para realizar galletas caseras para su familia, pero no fue hasta 2015 con casi tres años siendo rechaza en entrevistas que decidió crear Collettey’s Cookies, vendiendo galletas de chocolate y canela.
Sus amigos y familiares la apoyaron ya que las galletas eran realmente buenas, así que poco a poco llevó su producto a una página web y a supermercados. Sólo en la primera semana vendió 100 paquetes a un comercio local.
2016 fue el gran año de Collette cuando su historia se hizo viral, al punto, que sus galletas fueron parte del regalo que se le hace al público en la ceremonia de los Oscars.
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Las ventas aumentaron y la empresa creció, ahora la chica de Boston ahora cocina en un espacio que le brinda Community Work Services, una organización sin fines de lucro que busca integrar a las personas con discapacidad al mundo laboral.
Ahora, la idea de Collette es contratar a personas que suelen ser rechazadas por su condición, dar la oportunidad que a ella no le dieron. La historia sigue dándose a conocer y la demanda de su producto aumenta, así que ojalá sigan los éxitos para Collette Divitto, una empresaria a la cual se le cerraron miles de puertas, para que se le abriera una aún más grande.