Por Catalina Maldonado S.
27 February, 2023

Pese a que otras madres prohíben a sus hijos a compartir sus comidas, esta mujer se llenó de orgullo cuando supo que su hijo le daba de comer a otro compañero.

Cada madre educa a sus hijos como más le parezca, en donde siempre deberían priorizar el respeto ante otros. Sin embargo, hay muchas mamás que prefieren, por ejemplo, que sus hijos no tengan que compartirlo todo, menos cuando se trata de la comida. Pero hay otras que se emocionan hasta las lágrimas cuando escuchan que sus pequeños hacen actos solidarios.

A través de redes sociales, una madre mostró su total emoción cuando descubrió que su hijo comparte el almuerzo con un compañero de clases, al que le encanta la comida que prepara.

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Fue gracias a la llamada de la madre de este pequeño, que Soogia se enteró que su hijo compartía la comida que ella le envía cada día a la escuela.

“No sé si esto lo sabes o no, pero a veces tu hijo y mi hijo comparten la comida en la escuela. Y a mi hijo realmente le encanta y me ha estado preguntando si puede ir al mercado coreano y cocinar algunas de las cosas que tú cocinas”, le dijo la mujer por teléfono.

Soogia es de origen surcoreano, y si bien vive en Estados Unidos, se dedica a prepararles platillos de origen coreano a sus hijos para mantener vivas sus raíces. Fue justamente esta comida la que encantó al compañero de clases de uno de ellos.

TikTok @soogia1

“Ella dijo: ‘Solo quiero agradecerte por tu comida’. Y yo estaba como, ‘¿Gracias por mi comida? ¿De qué está hablando?'”, continuó diciendo la mujer.

La madre del amigo le dijo a Soogia que su hijo ahora pide ir al supermercado donde se venden productos de Corea del Sur porque quiere aprender a cocinar los platos del país.

“Nunca pensé que mis hijos serían la generación de niños que podrían ir a la escuela y no solo comer su comida coreana con orgullo, sino compartir su comida con otros niños que eran tan abiertos y receptivos”, expresó Soogia.

Orgullosa, Soogia finalizó diciendo: “[Estoy feliz de saber] que [mis hijos] no se sientan a comer avergonzados, deseando que el arroz frito fuera un bagel, es tan esperanzador”.